Capítulo 2

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Caminé por la acerca mojada un rato largo antes de volver a casa. Ya había dejado de llover y mi chubasquero no era necesario, pero me gustaba tanto que no fui capaz de quitármelo. Eran aproximadamente las cinco de la tarde y el cielo se estaba poniendo de un naranja oscuro, aunque con las nubes parecía más bien marrón.

Después de que Dante me dijera lo de las clases de italiano, mi padre vino a la mesa y tuve que contarle lo de mi examen. Hablamos los tres (más bien ellos dos) sobre como serían las clases. Todos los días, a las cinco (que era cuando Dante acababa su turno) vendría a mi casa y tendría una hora y media de clases de italiano. Durante la estancia en el restaurante, el italiano no paraba de mirarme y sonreírme, pues quería causarme buena impresión.

Lo que no sabía era que ya me había gustado desde el principio.

Y ahora pensaba, viendo como iba vestida, que había quedado como una idiota. ¿Cómo voy a causarle yo buena impresión yendo como una niña pequeña? Y no me malinterpretéis, me encantaba ir como una niña pequeña, pues es lo que era, una little girl, pero al resto del mundo le parecía ridículo, y eso me dolía bastante. ¿Qué habrá pensado de mí? La niña de papá que le dan todo para que consiga lo que quiere. 

Yo no quería clases de italiano. Odiaba el italiano, nunca iba a aprender ese idioma.

Pero quizá con Dante...

Un coche pasó por delante de mí. Era un Honda negro que se alejaba por la carretera. Siguió circulando hasta que se paró de golpe. Le miré atentamente. Después de quedarse quieto se encendieron las luces de atrás y dio marcha atrás. Miré detrás de mí pero no había nadie, así que me paré en seco y observé como venía hacía mí.

Se paró justo en frente y alguien desde dentro bajó la ventanilla. Mis nervios se relajaron, pero tan solo un poco.

-Hey, ¿qué haces aquí sola?-Dante llevaba gafas de sol aunque el sol ya se estuviera yendo. Aún llevaba el uniforme del restaurante y tenía un  brazo apoyado en el asiento de copiloto. 

-Eh...estoy yéndome a casa.

-¿Quieres que te lleve?

Me mordí el labio sin decir nada, así que él prosiguió.

-Así ya sé donde está tu casa para ir mañana. 

-Bueno, está bien-abrió la puerta y me senté en el asiento.

Su coche estaba más limpio de lo que estaba por fuera. Era un todoterreno enorme, casi me costó subirme a él. Los pies tocaban el suelo de milagro y no llegaba a verme en el espejo del parasol. Miré como arrancaba el coche y nos fuimos a la carretera.

-Bonitas botas-dijo en cuanto me subí.

-Gracias-agradecí mientras quería que la tierra me tragara.

-¿Está muy lejos tu casa?

-No, en Silver street.

-Vale, pues ya vamos. ¿Cómo es que tu padre te ha dejado irte sola?-preguntó alzando una ceja.

-Él no tenía coche y nadie podía venirme a buscar. Y como ya no llueve...-respondí. Mi madre se lo había llevado a casa al irse y ni mi hermano ni mi hermana estaban disponibles.

-Con el frío que hace...-negó con la cabeza y soltó una risa.

-¿Qué?-respondí confundida.

-Seguro que ese chubasquero te protege mucho.

-Pues bastante-repliqué-. Me protege del viento.

-No hace viento, Crescent.

-No, pero si hiciese no lo notaría, Dante-sonreí y miré mi chubasquero-.¿Qué problema tiene todo el mundo con mi chubasquero?

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⏰ Última actualización: May 03, 2017 ⏰

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