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Aquí estoy. Sobre mi cama. Me pongo a pensar cómo es que el tiempo ha pasado tan rápido realmente. Miro a mi alrededor y me doy cuenta hasta de los más diminutos detalles en los que mi habitación ha cambiado. Siento que todo es diferente ahora. Recuerdo cuando salía al parque a manejar bicicleta y simplemente pensaba y hablaba conmigo misma sobre todo por lo que estaba pasando en aquel momento, me gustaba y me sentía bien al sentir pasar el viento fuertemente sobre mi cabello. Amaba manejar bici, no sé por qué ahora ya no lo hago. También recuerdo cuando solía escribir todos los días sobre lo que pasaba en mi triste vida, me desahogaba. Ahora ya no lo hago. Puedo decir que es tiempo lo que me falta, pero no lo es. Siento que perdí la ganas de seguir con todo esto. A veces siento que perdí esa chispa que tenía todos los días. Y que ahora aparece solo de vez en cuando. También siento que hasta estoy cansada de llorar, ya no quiero hacerlo. Recuerdo haber escuchado las palabras que decían que tener éxito sería lograr los sueños que uno tiene, y ahora es cuando me pregunto qué pasó con todos esos sueños que solía tener. Por qué es que aquel futuro tan ansiado ya no pasa por mi mente, y por qué es que ya no me preocupa. Cuando veía películas me preguntaba como es que alguien podría cubrir su soledad, su verdadera forma de sentirse con solo sonreírle al mundo, y pues ahora lo entiendo. Me doy cuenta de lo fácil que es fingir y pretender que todo esta bien cuando realmente no. Veo los días pasar, veo como todo pasa a través de mis ojos, pero solo veo porque no estoy viviendo. No, no lo estoy. Los días pasan y pasan. Al igual que los años. Pero todo sigue siendo lo mismo.

deep thoughtsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora