5

9 2 0
                                    

Agarra un lápiz y una hoja. Traza una larga línea o un círculo grande o simples garabatos. Ahora agarra un borrador y borra lo que has trazado... Es exactamente así nuestra vida. Todo empieza en blanco con un gran espacio para ir rellenando. Apenas nacemos se empiezan a trazar esa líneas. Crecemos, cometemos errores y tratamos de borrarlos para volver a reescribirlos correctamente, mas eso resulta difícil, pues la anterior línea aún puede ser divisada y el riesgo a volver a trazarla por el mismo lugar es alto. Nos asustamos y vamos hacia los espacios blancos que quedan libres, volvemos a trazar y borrar; y continua así sin parar. Ahora tenemos casi toda la hoja llena de trazos, unos más fuertes y gruesos que otros, formando un gran barato sin ninguna meta a donde llegar. Los trazos en ese instante se empiezan a cruzar, todo se vuelve más confuso. Miras tu hoja y no entiendes nada, no sabes a donde te diriges, no sabes qué camino tomar, pues no logras ver otro espacio vacío. Esto se torna preocupante. Sientes que se acaba el tiempo, borras y borras, y la hoja retorna a blanca con varias cicatrices. Respiras hondo, agarras por última vez el lápiz con un poco de miedo, pero con seguridad. A continuación, empiezas con los trazos de nuevo, sin embargo, ahora ya no son deformes. Esto se convierte en un hermoso dibujo y sonríes porque te sale justo como deseabas. Olvidaste los borrones anteriores y los reemplazaste por unos mejores y seguros. Pones la hoja y el lápiz a un lado, sientes satisfacción. Te das cuenta de todo lo que sufriste para alcanzar tu objetivo, el cual no estaba definido desde un principio, no obstante, superaste el miedo y pudiste triunfar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 31, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

deep thoughtsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora