Narra Carlos
Dentro de una semana hay un concierto en Bilbo, por eso hemos decidido ir para conocer un poco la ciudad y tener todo listo para el concierto.
Por fin llegue al 'auryncar'. Allí estaban todos los chicos esperándome.
-¿Qué, Carlos?¿ Ya es hora no?-dijo Alvaro mirando su reloj.
-Uy si, me he quedado un poco sobado...
-¿Sobando, a quien ? Jajaja- me miró Blas con ganas de querer saber la respuesta.
-Eh!¡ Que haya paz! Qué luego tengo que estar aguantando os todo el camino... -dijo Álvaro gritando.
-¡Mira quien habla, el que no calla en todo el camino! Eres un pes...-una voz a lo lejos me interrumpió haciendo que me guardara el insulto para mis adentros.
-¡¡Albaa!! Qué alegría verte...
Vi como se acercaban las chicas de Sweet California. Blas abrazó a Rocío, a quien tiene más cariño, y yo, a Alba.
-Bueno ... Queríamos deciros que al final no vamos a poder ir al concierto con vosotros, mandar besitos a las sweeties en Bilbao -dijo Sonia cariñosamente.
Me dio mucha pena, pero como teníamos que salir de allí, nos montamos en la furgo y nos despidimos de ellas.
Fue un camino demasiado largo pero por fin llegamos a la avenida XXX, donde íbamos a quedarnos a dormir durante una semana.
Nada más bajar del auryncar me puse un gorro gris y me diriji corriendo al apartamento.
-Piso noveno, B -dijo Blas con cara de sabiondo.
Fuimos en el ascensor. Por cierto, era claustrofobico.
Cogimos las llaves que nos dio Magi Torras y abrimos la puerta intrigados.
Echamos un vistazo a toda la habitación. Teníamos la boca abierta de par en par.
Tenía 4 habitaciones (normalmente las que solíamos tener eran de una dos y la compartíamos) y las camas eran de matrimonio.
Caí en redondo en la cama, y empece a mover las manos de arriba hacia abajo como sí me estuviera tirando en la nieve.
Después fui a la cocina, muy grande y, ¡Tenía tres microondas!
-¿Para que queremos...?-dijo David frunciendo el ceño.
-No lo se, pero me voy a echar la siesta, no me llaméis hasta después de cenar. -dijo Dani cerrando la puerta de la habitación.
De pronto, tocaron el timbre y como cada uno estaba ocupado en alguna cosa, tuve que abrir yo.
-Bue... -vi a una chica de aproximadamente 16 años, un poco alta y un poco delgada.
Tenia la boca muy abierta y parecía que se le iba a caer la baba.
Entre las manos llevaba una cesta con varios productos que no pude diferenciar. Observe como le sudaba la frente a la vez que me miraba.
-Encantada, soy Carlos -le dije sonriendo rompiendo el hielo- soy nuevo en el vecindario.
-Lo se... ¡¡CARLOS!!¡¡Estas ardiendo!!
-Si ... Es que tengo calor...
-¡NO! ¡Digo que tienes fuego en la camiseta! ¡Te estas quemando!
ESTÁS LEYENDO
Breathe your fire
Fanfiction¿Superpoderes? No existen. ¿Héroes? Tampoco existen. ¿Amiga de tus ídolos? Imposible. Pero, ¿Y si se hiciera realidad?