Blaise&Neville

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En vacaciones de verano casi nunca tenía cosas por hacer, sin embargo esta vez era distinto ya que me postule para ser un ayudante de enfermero en el gran hospital de magia y me aceptaron, llevaba 3 días como ayudante cuando pasó pasó algo sorprendente

-Neville hijo, ¿Podrías ir al cuarto 404? Ayer llego el paciente muy mal herido, no sabemos qué pasó porque se a negado a hablar, pero espero que puedas ayudarlo ya me que acaba de salir de una larga operación de hechizos.

-Claro, también haré lo posible por hacerlo hablar

Comencé a caminar hasta llegar al cuarto donde estaba el paciente que ayudaría hasta el final de su recuperación, llegue al cuarto y me adentré en el.
Me sorprendí de ver en la cama a Blaise Zabini, sumido en un profundo sueño y con rasguños por toda la cara, me quede mirándolo unos segundos antes de reaccionar, comencé a acomodar las máquinas para que tuviera más espacio de vista, arregle la cama a una altura ir fuera buena para su cuello.
Comencé a limpiar sus heridas de las piernas con un algodón que contenía hechizos para sanar más rápido y al terminarlo procedí a seguir con su rostro.
Estaba concentrado limpiándolo que no note cuando el comenzaba a despertar lentamente

-¿Que.. Tú..?

Pegue un brinco al escuchar su voz, por la operación supondría que estaría más que dormido

-No te esfuerzas en hablar, vas a lastimarte más

Seguí con mi trabajo de pasar el algodón por su rostro, y cada que lo pasaba de nuevo sentía como se tensaba, imagino por el dolor

-¿Por que estás curándome tu?

Se miraba un poco más recuperado pero aún con voz cansada, estaba más dormido que despierto

-Porque soy un voluntario y estoy aquí para ayudar, sé que no te caigo muy bien pero espero aceptes mi ayuda

Levante mi rostro y lo mire profundamente dormido, supongo que lo mejor sería dejarlo descansar, continúe con el proceso de limpiar y desinfectar las heridas al terminar simplemente abandone el cuarto.

Dos horas después entre de nuevo para revisar como seguía, ya se encontraba sentado y con la vida posada en la ventana

-Veo que despiertas, que bueno porque tienes que alimentarte

-No tengo apetito, tal es después de una siesta

-Lo siento peor no dejaré que te duermas de nuevo hasta que comas algo

Me acerqué con la charola de alimentos y la puse sobre sus piernas, imagine que no podría comer por sí mismo así que tome un poco de comida con el tenedor

-No soy un bebe, puedo hacerlo por mi cuenta

-Quiero que intentes levantar un brazo

Después de mucho esfuerzo e intentos no consiguió siquiera moverlo un poco

-¿Lo ves? Ahora lo mejor es que no te quejes y me hagas caso, solo come

Lentamente comenzó a comer lo que yo le iba pasando, en el fondo sabía que tenía hambre y también que estaba muy cansado, en cuento termino retire la charola y el se recostó para dormir de nuevo.

Así pasaron unas dos semanas y me preguntaba si sus padres no estaban siquiera un poco preocupados por su hijo, en todo el tiempo que llevaba en este lugar su única visita había sido yo, hasta que una mañana me sorprendí de abrir la puerta y ver en una silla al costado de la cama a Malfoy

-Hola Malfoy, pensé que no vendrías nunca a visitar a tu amigo

-Claro que si.

-¿Sabes? Ahora que estás aquí creo que podías ayudar un poco con su recuperación, su estado de ánimo no a estado muy bien, creo que es un poco enojon últimamente

-Oye que rayos

Reclamo Zabini mientras me arrojaba con una almohada que con mis malos reflejos llego por completo a mi rostro, mientras Malfoy comenzaba a reírse

-Va, te ayudo porque ya veo que si tiene ánimos de perro rabioso

Para seguidamente reducir también una almohada en el rostro y parpadear como un búho, Malfoy reaccionó a los segundos y le tiro con otra, comenzaron una pelea entre ellos mientras yo reía.
Así pasaron varios días con Malfoy llegando de visita y ayudándome con el ánimo de Zabini, pero una mañana al parecer se el presentó un inconveniente y no podría venir.

-¿Donde está Draco?

-Dijo que no podría venir, al parecer le salieron algunos inconvenientes, pero dijo que dejaras ese humor de perro y me dejes ayudarte

-Esta bien, parecen mis papas

-Bien, comenzamos Zabini

-¿Por que aún me dices Zabini?

-¿De que hablas? Ese es tu nombre

-No lo es, mi nombre es Blaise, mucho gusto amigo

-Está bien, mucho gusto Blaise yo soy Neville

-Ahora si, ya que somos amigos dejaré que me ayudes sin estar quejándome

Hicimos todos los ejercicios que ocupaba su cuerpo para poder mejorar pronto y tener la movilidad lo más rápido posible

-Estoy tan cansado y hambriento

-No te quejes que en unos minutos tengo tu comida

Lleve al cuarto la charola con los alimentos y la puse sobre sus piernas, la recuperación fue tan buena que ya podía comer por sí solo, está vez también yo tenía hambre así que decidí comer junto a él, comimos entre risas ya que a él se lo ocurría cada chiste o cosa y realmente me alegraba que pudiera ser su amigo, es una buena persona.

Al día siguiente era por la noche cuando casi me toca salir de mi turno que me lleve una gran sorpresa, me encontraba en la habitación despidiéndome de Blaise cuando la puerta se abrió y dejo pasar a una pareja, se veían hermosos como famosos pero ni eso les quitaba la mala cara que traían, salí de la habitación para darles privacidad y me fui a mi casa lleno de curiosidad sobre quiénes eran, y después de pensarlo mucho ¿Podrán ser los papas de Blaise?

Take Me HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora