box ♡ calum hood

041

Las palabras de su papi resonaban en su cabeza, palabras que habían hecho que perdiera la noción del tiempo, mordió su labio ligeramente para no hacer ningún sonido que ella catalogaba como raro, Calum tomó su barbilla y plantó sus labios en los de ella, besándola de una manera tan dulce y apasionada, como si ella fuera una frágil mariposa que podía ser dañada con un mínimo roce, Diane se dejo llevar por los labios de su papi, demasiado buenos como para ser reales y de su propiedad. Entre abrió los labio cuando el mayor llevo una de sus manos hasta su entre pierna, la sensación que percibía en esos momentos era exquisita, tanto así que quería más, sentir los dedos de su papi moverse de arriba a abajo sobre la tela de sus panties era sensacional.

"Papi" gimió un poco cerrando los ojos, el recién nombrado sonrió al escuchar a su pequeña y la sentó con cuidado sobre las sabanas blancas, en las cuales la llevaría al mismísimo paraíso. Subió su vestido de terciopelo rosa hasta su cintura, haciendo que las mejillas de la muchacha se tiñeran de un color tan rojo como la sangre que corría por sus venas, mordió la piel de su muslo y dejo besos por este, Diane cerro los ojos disfrutando de aquel cosquilleo que sentía justo en su centro, jadeo cuando sintió los dedos de su papi presionar justo en el centro de sus panties, haciendo que un leve dolor recorriera su cuerpo.

"Papi te va a hacer el amor, pequeña" en pocos segundos sus ropas se habían ido, el vestido estaba rasgado de un extremo y lo único en lo quien Calum podía pensar ahora era en lo bien que de veía la muchacha con las mejillas sonrojadas y el cabello desordenado, la estrujó entre sus brazos y unió sus labios con los de ella, se sentía de maravilla, era una verdadera maravilla tenerla cerca, en ese momento ella estaba siendo completamente suya, nadie iba a contradecirlo, era suya, y ella lo sabia, ella lo había aceptado, no había titubeado cuando él le susurro que era suya, había dicho. Sí, papi. Entre jadeos y los rasguños de la muchacha en sus brazos logro darse cuenta de que esa era la primera vez que estaba sintiendo lo verdadero del amor, lo hermoso que era sentir a alguien plenamente tuyo, lo hermoso que era hacer a alguien tuyo, le gustaba que Diane fuera quien le haya demostrado eso.

Ella era plenamente suya.

Él la había hecho plenamente suya.