Tac, tac, tac...

29 2 0
                                    

"Verde...blanco....amarillo...amarillo...rojo..rojo...blanco...azul...blanco....verde otra vez....
¿Me pregunto en qué momento dejé de ser una persona para convertirme en un constante y monocromático tecleo?
Cero...cero...cero...uno...cero...cero...cero...tres...cero...cero...cero...cero....uno....
No está bien...no está bien...no está bien...no está bien...está bien...no está bien...no está bien...no está bien....no....está...bien....
Los mismos códigos, los mismos colores, las mismas letras, los mismos errores, se repiten y se repiten y se repiten...
No se supone que deba ser así."

Realmente no supe si culpar o agradecer a aquella última empresa que aceptó mi solicitud de trabajo cuando recién me gradué, el puesto que me ofrecían era medianamente bueno, con salario inicial por adelantado, pero debía viajar a otra ciudad y me insistían en presentarme cuanto antes si no quería perderlo.

A persar de todo, era una buena oportunidad de adentrarme en el medio y realmente en mi situación no tenía muchas espectativas, así que sin darle muchas vueltas empaqué lo poco que poseía y sin despedirme de nadie empecé lo que creía era un brillante futuro.

A veces las personas creen que necesitan un hogar para sentirse estables e independientes,  yo solo necesitaba cuatro paredes, un piso, un techo y una entrada. O eso es lo que me obligaba a creer ya que con el poco tiempo y dinero que me otorgaron en el nuevo trabajo, un pequeño, descuidado y escalofriante apartamento fue lo único que pude conseguir.
Sin embargo no podía quejarme, tenía un lugar, tenía un trabajo, tenía mis cosas y tenía completa soledad para disfrutar a mi antojo en ese edificio.
Si era capaz de soportarlo, pronto tendría una casa propia, con amplias habitaciones, mucha deliciosa comida, tal vez una piscina, una gran cama con dosel, un jardín al frente y tal vez un columpio, etc, etc, etc...

¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤¤

A los novatos siempre les dejan el trabajo sencillo, pero vaya que les dejan trabajo.

Cuando di mi primer paso en aquella empresa, lo primero que hicieron fue llenarme de papeles, distintos formularios, borradores, informes, cartas, aclaraciones, bocetos y copias, miles y miles de copias que debia revisar, organizar, editar y entregar a muchas diferentes personas.

Creo que esa fue la primera vez en que el brillante futuro dejo de serlo para volverse mas opaco cada vez....
Y pensar que fue un gran optimismo el que me guíaba en un principio, pronto la realidad llego a escupírmelo a la cara, porque solo a eso se dedica, haciendome casi morir de hambre dos meses despues de haber llegado a aquí. Era el perfecto represetante de esclavo de oficina, una mugre insignificante que hacía mandados demás por la promesa de unas cuantas monedas de las cuales no veía ni rastro, era quien se peleaba por unas cuantas migajas, era la nada favorita para maltratar, era yo.

Y nada mejoraba cuando llegaba al lugar que debía llamar casa, pero que no era más que grandes montones de papeles por todo lado, algunos esparcidos por aquí y por allá rodeando amenazadoramente el diminuto escritorio con la laptop y una vieja colchoneta siendo devorada por estos mismos al igual que mi inmundo ser.

Supuse que eran necesarios algunos cambios así que  avance por la vida gracias a una fuerte desesperación por obtener algo soñado, con cierta codicia y anhelo de probar que no había errado al tomar deciciones presipitadas y de contradecir las malas opiniones de una juventud inexperimentada y condenada al fracaso.

No recuerdo como fue exactamente, tal vez  fue ese trago de horrible cafe instantáneo en la sala común, el 13avo rugido de mi estomago por mo haber ingerido nada en los últimos días, el molesto ruido de los tacones de la compañera obsesa que se creía la dueña de la oficina o el hipócrita saludo del supervisor cuando lo encontré en el pasillo de camino a la oficina del director; lo único que pensaba era estar tan cansado de todo.

Cronicas De Sangre JovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora