Dentro de una semana será mi cumpleaños número 17, últimamente mi abuela no se a estado sintiendo muy bien, así que mi mamá y mi hermano viajaron para poder cuidarla, yo no pude ir con ellos por el instituto....
Quiero mucho a la abuela, ella siempre me a dado mucho cariño y siempre me contaba historias de mi padre, decía que el era una especie de super héroe que acababa con los monstruos que querían devorar las almas de los fantasmas... Eran historias muy entretenidas y más de una vez soñé con poder ver una fantasma o vivir algún suceso paranormal... Pero en todos mis casi 17 años de vida nunca pude ver siquiera una sombra o alguna señal de actividad fantasmal...
Debo decir que me decepcionó mucho...
En fin, por alguna razón desde que la abuela empeoró yo también me he sentido mal, no le dije nada a mi mamá, era más importante cuidar de la abuela... Siento que mientras más se acerca mi cumpleaños me voy sintiendo cada vez peor...
~Presente ~ En clases~
-Kira-chan, ¿te sientes bien? - preguntó mi profesora de historia -Te ves un poco pálida
-Me siento un poco mareada, ¿puedo ir a la enfermería? - la maestra me dio permiso y salí lentamente del salón de clases, sentía que me faltaba energía
Los pasillos estaban vacíos, todos estaban en clases... agradecía que nadie me viera caminar tan lento...
-¿Oye te sientes bien? - alguien toco mi hombro
-Kurosaki... - era uno de mis compañeros de clase, un chico de cabello naranja, nunca habíamos sido muy cercanos, pero siempre era amable conmigo -Sí, estoy bien... solo me siento un poco mareada
-¿Te llevo a la enfermería?
-Allá me dirigía, no te preocupes.. Voy lento, pero seguro - el me dio una sonrisa y se puso frente a mí
-No digas tonterías, al paso que vas llegarás mañana - se agachó frente a mi -Vamos, sube.. Te llevaré de caballito
-¿Qué? No es necesario - retrocedi unos pasos
-No seas terca, sube
-De acuerdo - dije resignandome, sabía lo terco que era Kurosaki y no me dejaría en paz hasta que aceptará, me subí a su espalda y puse mis manos en sus hombros para sostenerme, no quería abrazarlo, se sentiría incómodo... Kurosaki se levanto lentamente y empezó a caminar
-Te ves un poco pálida, ¿estás comiendo bien? - preguntó sin dejar de ver el camino
-No me he estado sintiendo muy bien últimamente.. Pero ya pasará
-Ya veo.. Sabes ni padre es doctor.. si quieres que te haga un chequeo.. podrías venir a mi casa..
-¿En serio?.. pues me caería bien ver a un doctor, gracias por decírmelo
-Llegamos - me baje de la espalda de Kurosaki y le agradecí por la ayuda..
-Nos vemos luego, gracias de nuevo
-No hay de que, cuídate
Después de despedirme de Kurosaki, entré a la enfermería... La enfermera me dijo que efectivamente estaba pálida, parecía que no dormía bien y estaba anemica... Me mando varias vitaminas y decidí irme a casa ese día... Pensé que con las vitaminas y eso, todo mejoraría.. Pero mientras más días pasaban, me iba sintiendo peor...
Falte al instituto prácticamente toda la semana, no podía levantarme de la cama, a duras penas me mantuve viva comiendo cereal y agua...
Mañana era mi cumpleaños y no podía sentirme peor, todo el cuerpo me dolía, era como si estuviera siendo aplastada por una fuerza tremenda ... Llamé a mamá buscando ayuda, pero lo que me dijo no me permitió decirle mi estado... La abuela estaba muy mal....
No sé en que momento me quedé dormida.. Desperté a la mañana siguiente, ya no sentía dolor... Me levanté de la cama contenta, miré el reloj.. Eran las 7:00 am, oficialmente era mi cumpleaños...
-Feliz Cumpleaños a mi..
Revisé mi celular y vi que tenía varias llamadas perdidas de mi mamá
Enseguida intenté llamarla.. Pero esos minutos de alivio no duraron mucho.... Literalmente sentí como un rayo caía sobre mí destrozando mi cuerpo y aplastandome contra el piso
-¡AAAAAAAHHHHHHH! - no pude soportar el dolor, mi grito duro unos segundos antes de desmayarme...