Cap1 ~La Noche Del Baile~

855 52 26
                                    

Mi nombre es Nathan Harris, tengo 23 años y a continuación conocerán acerca de mi historia o al menos una parte de ella. La más difícil...

Todo sucedió a mis 17 años...
Está finalizando el año escolar y tan solo faltan unas cuántas horas para la noche más esperada. Me miro una última vez en el espejo para asegurarme de estar totalmente listo, relajo los hombros y hago un pequeño suspiro para tranquilizarme, mi cuerpo se tensa cuando algo tan importante acontece. Durante mi infancia siempre anhelé con mucha ilusión alcanzar los 16 con la noción de una  adolescencia inefable de la cual pudiera dentro de unos  cuarenta años sentarme en un cómodo sofá frente a la chimenea de una lujosa habitación con mis nietos y dedicarles las mejores anécdotas, pero por ahora la imagen plasmada en el espejo es la de un niño que va convirtiéndose lentamente en hombre. Vestido de azul con saco y corbata  rebosante de vida, una vida que se encuentra tan al aire como las nubes que van y vienen con respecto a donde el viento las conduzca sin saber a donde lo guiarán las corrientes de la vida.
Estremezco la cabeza para desprenderme de aquel sentimiento de nostalgia y encamino el paso hacia el auto de mamá, una vez en el asiento enciendo el auto y reclino un poco la cabeza al desear en este momento con tanta ilusión  un abrazo o tan solo una sonrisa de mi madre al verme con vestiduras de hombre, aunque probablemente reiría a carcajadas por la ridícula barba de puberto que olvidé recortar esta tarde. Lamentablemente ella siempre ha estado  al tanto de tareas que a mi padre le corresponden, encargarse de un hogar sola no ha sido un trabajo fácil para ella y mi padre, bueno él por ahora sigue ausente...
Procedo a conducir por la autopista principal, un tanto más apresurado que de costumbre e inquieto por el tiempo, me presento en casa de Lucía en menos de  5 minutos; realmente pocas veces la llamaba "Lucía" siempre preferí llamarle Lucy o Lu... en fin.
Observo desde el auto como Lucy sale de las grandes puertas de su hogar, y no puedo evitar quedarme admirado por su belleza, al estar un poco más cerca noto que su padre la acompaña. Sobresalto, e inmediatamente me bajo a recibirlos. 
—¡Hola Nathan! -dice ella aproximándose. ¿Nathan? vaya... Nunca había notado lo bien que se escucha mi nombre cuando es ella quien lo pronuncia.
Saludo a ambos de una manera muy cortés pero su padre aparentemente no está tan a gusto con la idea de que salga con su hija, en su mirada lo hace notar. -Con seriedad responde.
—A las 12:00 pm en casa, espero que no se te ocurra infringir mis palabras pequeño Harris.
-un poco nervioso respondo.
—No se preocupe señor, hasta luego. -digo extendiendo la mano y éste no responde. Guardo mi mano en el bolsillo y volteo antes de que comiencen a ruborizar mis mejillas de pena.  -Le abro la puerta caballerosamente a Lu y y sin tan siquiera haber tomado asiento frente al volante ella comienza a carcajear.
—¿Que sucede? -pregunto confundido.
—¡Tienes cara de espanto! ¿sabes? -dice en medio de una carcajada.  Mi padre se ha puesto celoso, pero ya verás que se acostumbrará. -Se acerca hacia a mi concediéndome una caricia en el cabello mientras enciendo el auto.

—Espero que así sea pronto. Respondo conduciendo hacia la escuela.

Realmente he sobrevalorado la impresión que debo causarle a sus padres, pero creo que a todos o bueno... a la mayoría de los chicos nos preocupa ya que de ellos necesitamos autorización. Mi suegro siempre va con su barba tan aseada y su traje negro tan hostil que me provoca inquietud, en su juventud se dice que fue un hombre muy trabajador pero al parecer su reputación no se ha mantenido muy bien desde entonces, algunos rumoran sobre sus negocios, otros dicen que su cabello falso pero en fin, mi suegra al contrario es una mujer dulce y amable con una sonrisa que desencadena ternura a quien la mire, es una de las grandes características que amo de Lu, ella heredó lo mejor de su madre.


Al llegar al parqueo bajo del auto para abrir su puerta. Al verla salir volví a quedar completamente asombrado. Ella lleva un vestido largo muy distinguido y de buen gusto, con lindos cristales que brillan por debajo de sus hombros y siguen por sus brazos, estos hacen resaltar el color granate de su vestido el cual su madre le ha ayudado a elegir. Su cabello rubio cae en ondas sobre su espalda y acaba por encima de su cintura el cuál luce perfecto y hace notar el brillante gris de sus ojos. En lo que a mi respecta Lucía Ross es la chica más hermosa e inteligente del instituto y su energía siempre tan radiante y alegre siempre la acompaña.
—Luces hermosa Lu. -digo suavemente mientras tomo sus manos y me acerco a su rostro.
—No tanto como tú. -responde ella con una sonrisa aceptando mi beso.

Uno más de tantos que hasta perdí la cuenta y aunque no lo crean, sí, llevaba la cuenta.
—¡Vamos! -grita Sarah saliendo del auto de su padre. -Me acerco a Lu y susurrándole al oído le digo una última vez las palabras que jamás debí decir.
—Te juro que esta noche será inolvidable.
Y ofreciendo mi brazo para que se sostenga la guío hacia la entrada del instituto.

El ambiente luce espectacular, nunca antes había mirado el instituto tan resplandeciente. Hago una pequeña pausa deteniendome unos segundos en la puerta antes de proceder para examinar el lugar  consiguiendo observar unas grandes y detalladas cortinas envueltas con luces de distintos colores que se ubicaban por todo el techo contiguo a un monumental candelabro, que con sus deslumbrantes cristales iluminan aquel sitio. 
—Lucy soy muy afortunado de acompañarte esta noche. -digo retirando un mechón de cabello de su mejilla y ella se ruboriza.
Camino guiándola por una alfombra de color vino. Una canción de Sam Smith comienza a reproducirse desde la plataforma y finalmente tomamos asiento en la mesa que con anticipación nos asignaron. Saludo con un apretón de manos y un abrazo a cada uno de mis compañeros y observo sus elegantes trajes y los distintos vestidos; Sophie viene acompañada por Jason y Sarah junto al remplazo de Alex, Oliver. Todas estas imágenes me transportan en un segundo a aquella ilustración que fantaseaba sobre el admirado "baile escolar" junto a ella e inmediatamente se desploma una inconceptible emoción que me produce el haber alcanzado una meta tan deseada y la felicidad que apareja a un sentimiento interno de satisfacción y alegría que se podía notar en cada expresión de mi rostro; tenía la certeza de que sería una gran noche o al menos la tenía en ese instante...
—¿Donde está Alex? –pregunto con curiosidad. Mi mejor amigo nunca llega tarde a ningún lugar, me pregunto si estará en camino aún.
—Recibí un mensaje suyo diciendo que estaba en camino,  hace aproximadamente... 20 minutos para ser exacta. –responde Sophie rectificando en su celular.
—Quizá lo olvidó o peor, Zoe lo ha dejado plantado. –interrumpe Jason provocándonos carcajadas. No sé si realmente mi sentido del humor ha sido siempre tan malo o solamente Jason es un patán. Honestamente... creo que ambas opciones son reales.
De repente al fin Alex ha llegado junto con su compañera y todos nos quedamos en silencio tras el chiste que Jason acaba de soltar tan de mal gusto. Ambos toman asiento al lado de Oliver. Su cara luce fría y tensa; el pobre rompió con su novia Sarah el día anterior al baile por lo que tuvo que invitar a la chica más antisocial de la secundaria como una última opción; lo cual tambien es un poco grosero. Es desconcertante observar a un amigo tan cercano desmoronarse por alguien que lo lastimó pero lo que más me aflige es el no haber estado para él en aquel momento cuando en su lugar él me ha apoyado desde que mi padre se marchó y se convirtió en un hermano para mí, Alex conoce cada rincón de mi vida y me ha visto derramar océanos de lagrimas, quizá debería ser mas atento con el. De repente me desprendo de aquel pensamiento en el instante en el que Lucy se acerca a mi oído diciendo:
—¿Crees que suceda algo con Sarah? se la ha pasado como un cadaver en esa silla desde que llegamos.
—No lo creo, ha de estar nerviosa, ¿se los has preguntado?

—Hablaré con ella más tarde.
Desde la plataforma comienza a reproducir una suave melodía de Ross Copperman-Holding On —Ésta definitivamente es nuestra. -murmuro.
Extiendo mi mano para que Lucy se apoye, delicadamente se sujeta y enseguida y me lleva hacia el centro de la pista, ella ha ganado durante tres años consecutivos el baile escolar y adivinen quien ha sido su pareja... No, yo no, mi mejor amigo Alex. El baile no es lo mío sin embargo Lucía me ha conducido hacer cosas que jamás creí y ahora soy todo un experto gracias a ella. Coloco mi mano derecha envolviéndola suavemente por su cintura y con mi izquierda tomo la suya levantándola en posición de baile y observo detalladamente sus ojos grisáceos brillando con el reflejo de los iluminados cristales mientras bailamos al ritmo de la música que suena tan suavemente. Contemplo aquella letra que me provoca una explosión de emociones al ver a esa chica, casi mujer frente a mí tan resplandeciente de belleza e imagino cada momento que quisiera construir junto a ella.
Pienso en cómo realmente logré descubrir a una mujer tan inteligente y hermosa con tantos sueños y metas por lo que me aseguraré que siempre sea la mujer más felíz que haya conocido.

Perdido En Sus RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora