Capítulo 3.-

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Akane estaba predispuesta a dar la clase sola, ya que Ranma había desaparecido durante la mañana, sin darle explicaciones de su estado de la noche anterior y mucho menos del motivo de las botellas de agua que le había entregado, aunque ella ya tenía una idea clara de lo que eran.
Pero al llegar al dojo, se encontró con un panorama fuera de lo común, ya que normalmente se encontraba a Ranma rodeado de sus tres pretendientes, pero ahora estaba hablando con una chica, ambos estaban muy risueños y a pesar de que no hubiera señales de que fuera algo más, Akane sintió una leve presión en la boca de su estómago al notar que era Naomi.

— Hola Akane –saludo la chica, manteniendo su sonrisa amable –le decía a Ranma que es un mentiroso.

— ¿Por qué? –quiso saber Akane, Ranma había dejado de sonreír.

—Me dice que soy una chica muy linda y que cualquier hombre estaría orgulloso de estar conmigo —esa frase provocó que la poca felicidad que Akane sentía se esfumara, pero fingió una sonrisa, para no hacer sentir mal a su interlocutora.

— Naomi, mejor prepárate, que vamos a comenzar en unos minutos – le indicó Akane y acto seguido ella misma se alejó, intentando ignorar la presión en la boca de su estómago,no era la primera vez que sentía celos, pero esta vez no había sentido las ganas de mandar a volar a Ranma , al contrario esta vez pareciera que le había dolido mucho más que antes, quizás por que Ranma no intentó excusarse, o no forcejeaba con la chica, el estaba ahí voluntariamente y mas que feliz de estarlo, sumando además lo que había escuchado en el baño hace unos días. Los alumnos comenzaron a llegar y tanto Ranma como Akane se pusieron frente a los jóvenes, Naomi estaba en primera fila y mantenía su sonrisa, aumentando la molestia de Akane.

— En primer lugar quiero disculparme por mi ausencia, pero tuve que hacer un largo viaje por motivos personales –Comenzó Ranma — Por lo que hoy realizaremos un repaso de todo lo que han aprendido durante estas clases – comenzó Ranma, — repasaremos las Katas básicas, ¡formen parejas! –todos los alumnos formaron parejas, y el se puso frente a Akane, ambos comenzaron a realizar una Kata diferente, pero que coordinaban a la perfección. Los alumnos comenzaron a repetir la Kata a los pocos segundos, y los dos sensei comenzaron a supervisarlos caminando entre los practicantes. Dos largas horas duró la clase, en cuanto todos los alumnos se hubieron marchado, solo quedaron Ranma y Akane, ordenando algunas cosas que habían quedado regadas por el suelo, el ambiente estaba completamente tenso.

—¿Desde cuándo lo sabes? –Ranma rompió el silencio, había dejado de ordenar y ahora estaba sentado en medio del dojo.

—Cuando hablaba contigo por teléfono, vi el resultado del test –no hubo necesidad de que él le aclarara a qué se refería.

—¿Hace cuanto que lo sospechabas? —inquirió persiguiéndola con la mirada.

— Más de una semana – fue incapaz de mirar al joven y solo enfocaba su vista en los objetos que recogía del suelo.

— Akane siéntate conmigo por favor — a pesar de que se trataba de una petición, Akane pudo notar el tono tenso en la voz del joven y ella misma se preguntó por qué lo evitaba, era una conversación que tarde o temprano acabarían teniendo, por lo que a paso lento se sentó frente al él —¿Por qué no me lo dijiste?

— No estaba segura de estarlo

— ¿Qué vamos a hacer? – En cuanto Akane miró a Ranma, pudo notar sus ojos vidriosos, aquello era demasiado para él, nunca habían hablado de tener familia, así que no conocía la opinión de él al respecto.

— Voy a tener a mi bebe – eso era lo único que ella tenía claro.

— Lo sé – Ranma dio un fuerte suspiro, y tras un minuto de silencio sacó de su bolsillo una pequeña cajita roja, con sus manos temblorosas la abrió y sacó un anillo – ¿Cuánto crees que tarden en organizar una boda? – fue lo único que dijo.

—No nos casaremos –con delicadeza Akane cerró la pequeña cajita.

— Sabes que no nos dejaran otra opción.

— Eso ya lo veremos – se quedaron en absoluto silencio, desviando las miradas, sin ser capaces de mirarse a la cara — ¿Te gusta?

— ¿Eh?— Ranma estaba jugando con la pequeña cajita roja entre sus manos, pasándola de un lado a otro, sosteniéndola con solo dos dedos.

— Naomi ¿Te gusta Naomi? – preguntó con cierto miedo, temía conocer la respuesta.

— ¡No!, ¿como crees? – el rostro de Ranma adquirió un fuerte color rojo y desvío la mirada a un lado — Boba ¿Por qué dices esas cosas?

— Por nada – Akane se puso de pié para seguir con la limpieza.

— Estas rara, más de lo normal – dijo Ranma interponiéndose en el camino de ella mientras la observaba con el ceño fruncido – Anda dime ¿Qué te pasa?

— Nada – se hizo un a un lado para esquivar a Ranma y poder recoger las últimas cosas que quedaron regadas sobre el suelo.

— Anda, dime – Ranma volvió a interponerse en su camino.

— Baka, te dije que no me pasa nada – al ver que Ranma iba a interponerse nuevamente en su camino gritó — ¡Baka! – y acto seguido lo envío a volar, para luego susurrar un "acababa de limpiar" al ver parte del techo roto y algunos restos sobre el suelo, además de lamentar no haber preguntado acerca de su misterioso viaje.
Ya había caído la noche cuando Akane se recostó en su cama a ver una película en su nueva televisión, sin tener que cubrir gastos de destrozo en la casa, se había podido comprar un portátil y una televisión. Estaba comiendo bombones de chocolates mientras empezaba la película, cuando sintió un suave golpeteo en su ventana.

— Kawaiikune, ábreme la ventana, hace frío acá fuera — gritó Ranma después de golpear la ventana durante unos minutos, ya que Akane se negaba a abrirla.

— ¿Qué quieres? – preguntó Akane.

— Ya era hora – dijo Ranma entrando, pasando bajo el brazo de Akane y lanzando una gran mochila al suelo.

— ¿Qué es eso? – Preguntó observando la mochila.

— Una mochila, sirve para guardar cosas – se burló Ranma.

—¡Baka!, quiero saber por qué traes esa mochila para acá.

— Vengo a "quedarme" hasta que lleguen tus hermanas o Soun — acto seguido se lanzó sobre la cama.

— ¿Por qué? Puedo cuidarme perfectamente bien sola.

— Lo sé, pero la idea fue de mi madre, y ya que de cualquier modo pensaba venir — se encogió de hombros – Y traje ropa, así mañana nos vamos juntos a la universidad y luego ya no tengo que ir a mi casa a cambiarme de nuevo.

— Mañana no me iré directo a clases, tengo hora con el doctor a las 10 – le comentó Akane mientras lo jalaba para sacarlo de la cama y volver a acostarse – volveré a la última hora.

— ¿Quieres que te acompañe? – preguntó Ranma no muy convencido.

— Como quieras – dijo Akane, logrando su objetivo de sacar a Ranma de la cama, por lo que se acostó lo más rápido posible y volvió a poner la película, mientras Ranma se desnudaba, quedando solo en boxer, para posteriormente meterse a la cama con ella.

— Ranma, ¿De donde sacaste esos barriles de agua? – preguntó despues de unos minutos intentando concentrarse en la película, sin resultados.

— Es lo único que queda de los estanques de jusenkyo, me fui en un viaje con Mouse y Ryoga y eso es lo único que pude rescatar, ninguno de nosotros alcanzo agua – le explicó Ranma en la oscuridad, ya que habían apagado la televisión – Fue una batalla muy dura y finalmente la gane yo.

— ¿Por qué Ryoga quería el agua de los estanques malditos? – preguntó Akane.

— Ni idea – en un intento desesperado por cambiar de tema, se acercó a ella y la comenzó a besar, beso que en segundos tomó un ritmo muy apasionado, sus manos comenzaron a moverse en torno a Akane, acariciando su cintura y sus caderas. Akane tomó su mano y la guío a su estomago, exactamente bajo su ombligo, y posó su mano sobre la de él, intentando transmitirle sus sentimientos por su bebé, buscando compartir un momento íntimo que no tuviera nada que ver con el sexo, pero Ranma apartó su mano de inmediato, se dio la vuelta y fingió dormirse, mientras ella sintió como las lágrimas empañaron sus ojos, sin embargo las apartó con un dedo y de igual manera se giró y se durmió.
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Aprendiendo a ser padresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora