De figura delicada, como si fuera perfecta. Labios tan finos dignos de una princesa. Melena verdosa oscura que llegaba a su cintura. Piel blanquiza, como una muñeca de porcelana. Orbes esmeraldas. Una tierna sonrisa llega a dibujar.
Tan hermosa.
Y de repente...
Estática...
Arrodillada. Con su vestimenta, en carmesí, manchada. Respiración agitada. Su cuerpo voltea.
Más estática...
Sus ojos tenían las pupilas blancas, cornea negra y esclerótica roja. Tierna sonrisa sádica.
-Ya es tarde para tener miedo a lo que sucederá-
Abrió sus ojos lentamente, despertando de su sueño.
Nuevamente la soñó, nuevamente ella invadió sus sueños, esto lo molestaba, más al ser consiente de lo cerca que estaba ella y el destino de todos.
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Un castaño caminaba en dirección hacía su departamento, en su hombro descansaba un gato negro.
La chica peliverde lo mira con nostalgia.
¿Por qué no me has recordado?
Llegaba a pensar una y otra vez.
Desde lo alto de aquella casa lo observaba para actuar ante cualquiera peligro. A su lado, el hurón quien solo dormía en el tejado, le parecía ridículo lo que su Eve hacía pero no tenía otra opción que seguir sus ordenes.
El felino abrió perezosamente sus ojos al sentir una extraña presencia rodearlos, frunció el ceño de mala gana mientras observaba a su alrededor en busca de algún indicio que jamas pudo llegar a encontrar.
A cada paso que el joven estudiante realizaba, la tensión iba a aumentando, dejándolo ya muy en claro que algo malo iba a ocurrí.
El sol lentamente se fue ocultando.
El castaño fue apresurando el paso, mientras que la chica lo seguía observando transportándose de un rincón a otro sin ser vista ni escuchada.
Hasta que lo inevitable ocurrió cuando este tuvo que ir por el camino de un callejón.
El paso de Mahiru se detuvo bruscamente al encontrarse a un grupo de cuatro chicos de no mas de veinticinco años, que al parecer estaban ante una espera. Estos, al notarlo, posaron discretamente sus miradas en el joven, quien tenía la intención de retroceder y tomar otro camino con tal de no meterse en problemas, y lo hubiese conseguido con éxito si no hubieran visualizado al felino negro, del cual sabían perfectamente quien era y por cuestiones de deducción lógica sabría donde estaría su supuesta hermana - o al menos eso llegaron a creer-.
Dos de los jóvenes se aparecieron enfrente de Mahiru deteniendo su paso, los otros dos se colocaron atrás del chico rodeándolo.
-Tanto tiempo sin verte, Sleepy Ash-
El felino abrió sus ojos lentamente, como si le costara realizar la acción, y miro al dueño castaño de aquella voz.
-Kuro ¿los conoces?-
Este soltó un perezoso suspiro.
-Desgraciadamente para mi, si-
-¿Dónde esta?-pregunto el chico que tenía enfrente. Observo al chico frunciendo el ceño.
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Soledad - Servamp #ServampAwards
FanfictionDe hermosa cabellera y ojos penetrantes. Odiada por muchos, amada por unos pocos. Grandes habilidades que se fucionan a la perfección con su delicada figura. Tan peligrosa y tan dichosa de merecer esa atención, atención que roba, mayormente, a los h...