Capitulo VII

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Una tarde típica de verano.

Un pelivioleta salia de una limusina para dirigirse a su habitación acompañado de su Servamp.

A lo lejos, una peliverde observándolos a lo alto de un árbol, esperando el momento perfecto para invadir el territorio.

El chófer de la familia, una vez estacionado la limusina, se encamino hacia la casa, sin embargo se detuvo al sentir una presencia ajena.

-No debería estar aquí, señorita-se dio media vuelta para ver a la figura de la joven.

-Tanto tiempo sin verlo, Dodo-san-respondió la chica con una sonrisa.

-Debo tomar medidas, señorita-

-Lo siento, Dodo-san-

La sombra, apareció atrás del hombre, con una de sus manos cubierta por una niebla cubriéndola por completo. Este se dio media vuelta, ya sabiendo lo que la joven se traía en mano, pero su victimario fue más rápido, y lo obligo a que aspirara la niebla dejándolo en la inconsciencia.

La chica lo sostuvo antes de que cayera.

-Hay que llevarlo a la sala para que no llame tanto la atención-

Sin embargo, cuando llegaron a dicho lugar, solo lo dejaron tirarlo en suelo y siguieron su camino.

-Dijiste que no querías llamar la atención-

-Estamos corta de tiempo..... Aparte pesa mucho, y sería muy molesto llevarlo hasta al sillón. Que agradezca que nunca lo lastime-

-Aveces me pregunto si no eres la hija de él-

-Tuvo suerte que no fuera su hija-

Ambas sonrieron. 

Aveces había que mirar con una sonrisa al pasado. Esa fue la lección que aprendió la peliverde.

Continuaron con su camino con tranquilidad. Esquivando a los fieles sirvientes de la mansión Alicein y a los subclases de All Of Love-culpables de los instintos maternos de la chica, quien a todo precio quería consentirlos-.

-Deberías controlarte-reprocho la sombra.

-Deberías decirles a ellos que controlen su kawaiicidad-

-Su ¿qué?-confundida y ya frustrada, soltó un suspiro-Sigamos con nuestro cam....-

No pudo terminar debido a la presencia repentina de dos intrusos.

La sombra y la joven se miraron, decididas a dar el primer paso en el ataque, asistieron. Todo para cumplir el cometido que se habían planteado.

Se dieron media vuelta con la intención de mostrar sus armas pero se detuvieron a ver a dos pequeñas figuras de cabellera rosada.

-Emi-sama-dijeron las niñas con una sonrisa que enterneció a la chica. Las pequeñas se acercaron a la joven, corriendo, abrazándole las piernas.

-Yuri-chan, Mari-chan-dijo la chica con una sonrisa y semi sonrojada.

La sombra soltó un suspiro, quería irse la casa lo antes posible, lo sentía muy cerca.

Se agacho para quedar a la altura de las niñas, quienes la miraban curiosas.

-Nos harían un pequeño favorito-



Fue rápido.



Las pequeñas subclases pudieron distraer a la perfección al Servamp. Y en esta ocasión, la peliverde aprovecho para acercarse al Eve del vampiro, quien se encontraba en su habitación.

Soledad - Servamp  #ServampAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora