VII

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Bajó de un salto y comenzó a correr. Debía avisar al campamento antes de que llegasen. Amaba a las aves, pero esos pájaros no parecían animales corrientes, tenían una mirada agresiva y aterradora. Le perseguían a gran distancia por detrás, sin embargo al cabo de unos minutos esa ventaja era de apenas unos metros. El camino hacia el campamento se convirtió en una huida estresante. Cada vez estaban más cerca. A mitad camino notó como uno le picoteaba el pantalón. Y después todo se nubló. Empezó a sentir picotazos y mordiscos en los brazos y las piernas. Se agachó y cubrió su cara con las manos, hasta que el dolor fue insoportable y no pudo más.

Volvió a ver al ejercito entrar por la calle principal. Estaba subida a la cama para ver por la ventana. Allí estaban, desfilando con su bandera, encima de sus caballos con armadura. La gente se arrodillaba a su paso, con la cabeza gacha y cara de decepción. Se habían rendido al mayor de los males. El líder bajó de su montura y comenzó a hablar. Tenía una barba espesa y oscura. Hablaba con una voz firme y grave, pero no se fijó en lo que decía sino en su pueblo caído, y el sentimiento de rabia regresó. Sirena saltó de su cama con dosel, salió de la habitación y buscó a su madre. Entró en el salón donde siempre la encontraba, sentada en su sillón de terciopelo con un libro en una mano y un cigarrillo en la otra. Sin embargo, allí no había nadie. Ni en el salón ni en todo el caserón. Una vez en la calle, volvió esa imagen de desilusión, su madre estrechando la mano de aquel líder barbudo de voz firme y grave.

Sus ojos verdes de abrieron poco a poco, despertó en el lugar donde había perdido el conocimiento, tirada en el suelo bocabajo con el pelo enmarañado sobre la cara. Al reincorporarse sintió las mil heridas que le habían dejado esos monstruosos pájaros. Entre gemido y gemido consiguió ponerse en pie, estaba atardeciendo, se sostuvo en un tronco y respiró profundamente para relajarse. Se dio cuenta de que debía ponerse en marcha hacía el campamento o tendría que pasar la noche en pleno bosque. Caminaba con dificultad apoyándose en los árboles, evitando caer al suelo, porque si lo hacía no podría volver a levantarse. Encontró la senda que la llevaría al campamento y la siguió, no había sido consciente de lo mucho que se había alejados y eso ahora le estaba pasando factura. Sirena se había sentado en una piedra corroída para descansar cuando vio, justo delante de ella, la silueta a distancia de alguien que se acercaba campo a través. Iba a meterse en los matorrales, pero no lo hizo, porque advirtió que la persona que se acercaba era joven,  por la rapidez con la que se aproximaba. Confió en que se tratase de alguien del campamento y se quedó sentada esperando a que llegase. A medida que lo hacía vio que no se había equivocado. Era un joven, parecía cansado, tenía la cara cubierta de sudor y le caían varios mechones de pelo por el rostro, que tapaban sus ojos. Sirena lo reconoció con facilidad y esto no la tranquilizó demasiado.

-¿Qué haces aquí?-le preguntó él.

La pelirroja se levantó tambaleándose, y este la ayudó a estabilizarse.

-¿Cómo es que no te han atacado?-preguntó ella separándose.

-Conseguí esconderme.-respondió levantando los hombros con las manos en los bolsillos.

-¿Dónde?-quiso saber Sirena mirándolo fijamente, el joven tenía una sonrisa sinvergüenza que no parecía borrar nunca.

-Eso no importa. Vamos a llevarte de vuelta.-respondió poniendo el brazo de ella al rededor de su cuello y sosteniéndola por la cintura. Sirena sonrió agradecida. El chico se apartó el pelo de los ojos con la otra mano y se presentó cordialmente.-Por cierto, soy Hayden.

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Autora:
Decidme qué os está pareciendo y que os parece Hayden😜. También si tenéis algún consejo o si os gustaría que pasase algo, acepto peticiones. Muchos besos😘, espero que os encante tanto como a mí 😊😊😊.

Pd. Decidme alguna canción para que le ponga a este capítulo o a otro.🎶🎤

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