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—¡Por un demonio! ¡Despierta! — Escuchó aquel bramido y luego sintió una fuerte cachetada en su mejilla, que le hizo abrir de golpe los ojos. Empezó a toser como loco mientras sentía agua salirle de la boca. Sacudió el rostro confundido, no lograba ver bien, no tenía sus lentes. — Por Merlin, Potter. ¿Acaso quieres dar más noticias de las qué hablar de ti?

—¿Hm? — Aquella desdeñosa voz la reconoció, después de todo, había sido su rival por seis largos años.

Buscó a tientas sus lentes y al dar con ellos justo a su lado, procedió a colocárselos. Enfocó el húmedo rostro de Malfoy frente suyo, los largos mechones de cabello rubio se le pegaban en la frente y en las sienes, mientras las gotas le recorrían las perfectas facciones de su pálido rostro. Sus ojos grises le miraban de forma acusatoria mientras mantenía su entrecejo fruncido. Su uniforme estaba mojado...empapado. Bajó la mirada hacia sí mismo, estaba acostado, mojado también. Abrió los ojos al sentir el entendimiento revolotear frente a su nariz.

—Si vas a matarte asegúrate que sea en un lugar donde tengas testigos, Potter. — Atacó el rubio para luego bufar. Se giró en sus talones dispuesto a irse más la voz de Harry lo detuvo.

—¿Por qué...? — Dijo escuetamente, mirando hacia el mortífago que al parecer le había salvado la vida...aunque no estaba en sus planes ahogarse realmente. Había perdido la noción del tiempo... ¿o no?

—Por qué, qué, Potter.

—Me has salvado...

—Uh, 10 puntos para Gryffindor. — Arremetió el rubio con fastidio, sin voltearse hacia el otro.

—¿Por qué me has salvado?

—¿Por qué no debería de haberlo hecho?

—Porque soy yo.

Malfoy se quedó en silencio unos minutos, en realidad no sabía por qué lo había salvado, sólo sabía que cuando vio el cuerpo de Harry en el lago negro mientras paseaba, se inundó de pánico y se tiró al agua para sacarlo de ahí.

—Ni idea, cara rajada.

Harry observó al aristócrata chico alejarse con pasos largos, elegantes y orgullosos, aun cuando toda su ropa estaba empapada. Se dejó caer en el pasto mientras tomaba una gran bocanada de aire.

Ahí...quizá había estado tan cómodo en el silencio que ni cuenta se había dado de que debía de salir a tomar aire. Y, sin embargo, de entre todas las posibilidades, había sido Draco Malfoy el que se lanzó para evitar que cometiera otra de sus monumentales estupideces.
Él sabía que Draco no era malo, aun cuando llegó a odiarlo casi igual que a Voldemort.

***

Se adentró hacia las mazmorras a paso apresurado, agradeciendo lo tarde que era y que con eso no llamaría la atención de tanta gente, debido a cómo se encontraba. Pasó por la sala común como un rayo, sintiéndose con suerte de que los cuantos chicos que aún andaban despiertos estaban demasiado ocupados leyendo algo - que al parecer había salido en el Profeta - como para reparar en él.
Entró en su habitación y con alivio notó que el par de compañeros con los que compartía el lugar ya tenían sus cortinas corridas. Blaise solía dormir temprano y el otro tipo le daba muy igual.

Se sacó la maldita ropa con algo de fastidio, sin entender realmente qué lo había impulsado a tirarse al Lago Negro sólo para sacar a Potter del agua. Sacudió sus cabellos con premura, ese maldito idiota, egoísta ¿en qué estaba pensando? Si no se había suicidado él, que tenía cien y un motivos para matarse ¿Por qué el niño dorado de Hogwarts, sí? ¿Eso tenía lógica si quiera? Todos lo amaban, todos estaban agradecidos con él, era la celebridad más grande del mundo mágico y allá lo había visto, sin aire en los pulmones y muriendo en aquel solitario lago.

Eres lo que necesito / Drarry / Three ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora