YoonGi no se había movido en todo el día de la universidad. Había estado bastante ocupado con los demos que debía entregar para la noche, después de todo hoy se haría una especie de fiesta con la facultad de danza; aunque ciertamente él no se encontraba nada entusiasmado con la idea de mucha gente a su alrededor, música y sobre todo con la asignación de alguna pareja para su proyecto; porque sí, estaba seguro de que se trataba de eso.
Realmente no le importó mucho su presentación personal, él no iba a escoger a nadie y si con esas fachas nadie se le acercaba podría sacar una excusa para trabajar solo, como tanto amaba hacerlo. Sólo sacudió un poco su camibuso negro por las migajas de galletas de mantequilla que le habían caído encima y bajó un poco su gorra haciendo que los aros de la visera distrajeran a las personas que intentaban mirarlo a los ojos. Una vez llegó al gimnasio de la facultad de danza, se sentó en una de las mesas más alejadas de la pista de baile a pesar de que aún no comenzaba a llenarse de gente y aún estuvieran acomodando algunos de los centros de mesa que incluían una combinación entre frutas y papeles de diferentes texturas.
Se limitó a hacer lo de siempre; sacó sus audífonos y prendió su laptop para ajustar algunos detalles de los demos a pesar de que sabía que estaban perfectos y que su maestro le había dicho que seguramente se pelearían por trabajar con él después de haberse dado cuenta que le había revelado indirectamente el propósito de la fiesta, pues la única pista que tenían los chicos de la faculta de música era que debían presentar sus demos esa noche ante todos.
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Los pasos de un grueso tacón retumbaban por el aún vacío gimnasio; eran al rededor de las siete y media de la noche así que aún no llegaba nadie a pesar de que las invitaciones decían que debían llegar a esa hora exacta. Jimin inhaló el agradable aroma del ponche y las frutas tropicales que adornaban cada una de las mesas redondas, pensó que después de unas horas el aroma limpio y dulce se vería opacado por el sudor que emanarían los chicos al centro de la pista y el licor regado en las mesas; exhaló con un poco de nostalgia y analizó las pocas personas que se encontraban sentadas para tratar de encontrar un lugar en donde sentarse. Después de un rato enfocó una gorra negra con argollas y unas mangas largas cubriendo unos delgados huesos; era él, sabía que era él.
Caminó con elegancia hacia la alejada mesa de la oscura y poco iluminada mesa, arrastró una silla haciendo que el chico sentado en ella se sobresaltara y le brindara una áspera mirada. Tragó saliva, sintió una molestia en su garganta y respiró con dificultad por la intensidad de los ojos contrarios.
- Buenas noches ¿puedo tomar asiento? -Logró decir sin que sonara inseguro pero con un gran nudo en la garganta.
- Como quieras. -Dijo el pálido con indiferencia y voz rasposa después de volver a posar su mirada en la laptop.
Jimin tomó asiento y tragó saliva después de haber mordido sus labios como acto de reflejo tras escuchar la gruesa voz del chico. Trató de buscar algo en que fijar su mirada, pero lo único que llamaba su atención eran los movimientos habilidosos de los dedos del contrario sobre el teclado negro y rojo. Dedos largos, nudillos gruesos y rojizos, uñas cortas y marcadas pero delgadas venas que sobresalían en su lechosa piel; suspiró sin darse cuenta y subió lentamente su mirada detallando el delgado brazo cubierto por tela negra, luego su delgado cuello que al igual que sus manos tenía unas cuantas venas marcadas, pero esta vez no eran con relieve, solo el color se alcanzaba a notar; siguió subiendo su mirada y se chocó con unos labios delgados y bastante rosados, levemente inflamados en la parte inferior y un poco resecos haciendo que de nuevo Jimin remoje los suyos. Parpadeó lento y trató de buscar sus ojos, pero éstos se hallaban bloqueados por las argollas de la gorra.
- Vaya... -susurró Jimin en un suspiro.
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Coffe and Chocolate - YoonMin
FanfictionYoonGi disfruta el amargo sabor del café y ama la quietud de su apartamento. Jimin ama el chocolate con espuma y el aroma de la lluvia. Ninguno de los dos ha sentido la necesidad de tener pareja, pero una casualidad los une y sin haberlo pensado ya...