4. Cinderella

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El resto del día estuve bastante apagada para como siempre estoy pero no iba a morirme por eso, me sentía lo suficientemente segura de mi cuerpo y mi peso era el ideal para alguien de mi edad, hace un mes al llegar a la compañía, decreté que no me convertiría en un esqueleto andante como el resto de las chicas y eso haré.

Después de la clase de coreano, Donatella se acercó para caminar a mi lado hasta llegar a nuestra caja de fósforos llamada casa.

-Estas bien?- Pasó su brazo sobre mis hombros y me atrajo un poco hacia ella. Su español no era malo para nada así que fácilmente podía pasar por una latina. La miré y sonreí un poco desganada, luego recordé lo de Jimin y la emoción recorrió cada célula de mi cuerpo así que quería contarle mi anécdota y que se emocionara junto a mi.

-No tienes idea de lo que me pasó hoy- Salimos de la compañía y el aire frío de Seul nos golpeó en el rostro, la noche estaba animada, había mucha gente caminando a esa hora y las tiendas aun no cerraban.

-Te hicieron bullying- Le di un ligero golpe en las costillas.

-Eso no! Fue horrible, no me hagas recordarlo-

-Entonces que?- Su expresión parecía la de una adorable niña a la que estaban por leerle una magnifica historia sobre la magia.

-Conocí a Jimin- Solté de una y ella se detuvo en seco mirándome con los ojos como platos.

-Jimin, Jimin, Park Jimin? BTS?- Asentí con una sonrisa enorme que por mas que intentara, no podía borrarla de mi cara.

-Conociste a tu bias? Santo Dios! Yo moriría ahí mismo- Se veía muy emocionada también.

-Como pasó?- Preguntó con entusiasmo. Suspiré levemente y comencé a hablar sobre lo ocurrido, detalle a detalle sin dejar escapar nada.

-Es lindo en persona?- Sonreí como tonta ante aquella pregunta y mis ojos brillaron al recordarlo.

-Es perfecto...- Donatella gritó emocionada como una niña y me abrazó. Caminamos mientras charlabamos de nuestro día y criticabamos al resto de las aprendices por ser estiradas y antipáticas. Llegamos a casa y como ya se estaba haciendo costumbre, comíamos alguna galleta o ramen antes de acostarnos.

Donatella que dormía debajo de mi litera, pues se había cambiado con la anterior inquilina para estar mas cerca, comenzó a picarme la planta de los pies mientras yo revisaba mis redes sociales. Giré mi cabeza hasta dar con ella y fulminarla con una mirada entre molesta y divertida, ella solo sonreía ampliamente por fastidiarme. Volvió a su cama y yo seguí en mi celular.

-Hoy está cumpliendo años mi hermano- Musitó sin previo aviso y eso me agarró fuera de base, su expresión supuse se había entristecido un poco por como se escuchó su voz.

-Ya le escribiste?- Me asomé por la orilla del colchón para verla. Asintió con resignación y volvió a sonreír como hasta hace minutos atrás.

-Estaba feliz por mi mensaje, me dijo que su esposo lo despertó con el desayuno en la cama y que se esmeró cocinando para él- Sonreí también, contagiandome de su entusiasmo.

-Que romántico, deben ser una linda pareja- Donatella gruñó un si.

-Lo son, algún día cuando vengan a Corea, deberías salir con nosotros para que los conozcas, seguro te enamoraras de mi hermano, es todo un encanto- Reí ligeramente.

-Si es como tu, solo conseguirás que huya- Esta vez la ambas reímos por lo que dije.

-Idiota! Me amas, lo se-

-Soñar no cuesta nada- Escuché un suspiró de su parte.

-Los extraño mucho...- Yo asentí aun sabiendo que no podía verme desde su posición.

Dance Partner - Jung HoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora