8. Crescendo

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Dedicado a una maravillosa seguidora de la historia y quien me inspiró a escribir este capítulo. Espero te guste.

Danyela. 😘





-Dime- Fingí demencia.

Me encontraba sentada en medio de nuestra caja de fósforos, comiendo de cena, ramen instantáneo. Lo mas económico y rápido y tenia a Donatella haciéndome una marcación hombre-hombre desde esta mañana apenas salimos de casa, con la intención de por fin obtener la valiosa información de que hacia todos los días cuando desaparecía a la hora del almuerzo pero yo estaba súper concentrada en mi comida y no le estaba prestando mucha atención.

-Dime- Repitió con el mismo tono de voz mientras yo seguía ignorándola pero al ver que ni me inmutaba por ella, decidió removerme tomandome del hombro izquierdo. Esto solo hizo que pusiera los ojos en blanco con fastidio y girara la cabeza en sentido contrario a donde se encontraba su cuerpo.

No voy a mentir, para mi había sido sumamente difícil no decírselo, siempre que te gusta un chico, que te besas con él o que hay algún avance, está la amiga fiel ahí a tu lado para contarle todo y compartir emociones y opiniones. En este caso era Dona, la rusa no era ni por asomo de confianza y las asiáticas eran mis mejores amigas, nótese el sarcasmo, así que no habérselo dicho antes, me estaba torturando y aunque quería seguir manteniéndolo en secreto para que la perfecta burbuja no se rompiese, necesitaba el consejo sabio de otra chica.

Quizás se pregunten el porque no le he comentado nada a Oriana, mi mejor amiga de Venezuela si se supone que necesito cotillear respecto a eso. Bueno, lo cierto es que Oriana no tiene ni puta idea de quien es BTS y su influencia en la musica actual, del mismo modo que no comprende por que me gustan los "chinos" si existen tantos europeos guapos como Pietro Bocelli que van mas con mi personalidad explosiva y caliente. Así que decirle a ella, era perder el tiempo y posiblemente molestarme por no recibir los consejos que necesitaba.

-Diiiiime- Rogó esta vez a modo de suplica haciendo un puchero, poniendo cara de perrito regañado y no pude evitar sonreír ligeramente. Donatella había estado en serio en serio todo el día insistiendo en saber que hacia cuando desaparecía, ya que llevaba unas semanas en el mismo plan de evaporarme cual agua y aun no me dignaba a comentarle absolutamente nada, así que haciendo uso de sus ganas de chisme, se propuso sacarme la información hoy a como de lugar y estaba a nada de conseguirlo si insistía un poco mas.

-¡Dime!- Exigió nuevamente pero esta vez usando su mejor cara de seriedad y yo ya harta del constante fastidio pero con muchas ganas de decirle también, porque era difícil para mi alma chismosa, quedarme callada, accedí porque realmente necesitaba compartir mi emoción con alguien cercano y la única persona en quien confiaba allí era Donatella.

-Esta bien pero debes prometerme que no dirás absolutamente nada a nadie, ni a tu almohada siquiera, esto es un secreto de estado que ni la CIA puede saber, ¿de acuerdo?- Aunque estaba exagerando un poco y jugueteando con las palabras, entré en el personaje y mi cara se transformó en la mas seria y amenazante que pude encontrar en mi arsenal personal. Donatella al verme tan seria, también cambió su postura incluso por una mas tensa a la espera de la terrible verdad que seguramente se imaginó mas oscura de lo que realmente era.

Me acomodé mejor en el piso de la sala y dejé olvidado el plato a un lado, aclaré mi garganta y respiré para comenzar con el cuento, aunque lo negaran todas las mujeres del mundo, cotillear con alguna amiga, era genial y hasta adictivo si un tema interesante se trataba en la conversación.

-Estoy dictando clases de salsa a un chico y a cambio, me lleva el almuerzo- Los ojos de Donatella me miraron con confusión y me hicieron miles de preguntas silenciosas. Sonreí pensando en todas ellas pues obviamente eso era lo que menos se esperaba escuchar.

Dance Partner - Jung HoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora