1. Nuevo comienzo

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Capítulo 1.

Nuevo comienzo.

Soy nueva en el pueblo de Wayward Pines, mi familia se muda cada mes, si no está de más decirlo. Así que parece un poco innecesario hacer amigos, no dejo nada sentimental en ningún lugar o mucho menos algo que valga la pena recordar.

Nos recibió un cartel carcomido por el sol que decía:

"BIENVENIDOS A WAYWARD PINES"

Civilización: 13,500

Bueno ahora somos 13,504. Esta vez nos mudamos a un pueblo apartado de todos, casi parecía una reserva protegida. Se encuentraba en el extremo noroccidental del valle de Escocia, y por ahora se veía tranquilo, poseía unos grandes árboles y de estos la mayoria eran cedros, pinos y secuoyas.

El clima es lo único que le envidiaría mi país natal, era como sí el pueblo estuviera escondido en medio de un bosque, era un poco extraño, pero casi mágico. El olor a pino y musgo predominaba sobre el resto de los demás olores. Es uno de esos lugares que dan ganas de mudarte sólo de ver la cantidad de áreas verdes que tiene y te invitan a respirar aire puro sin preocuparte por las obligaciondes del diario vivir. Es el lugar perfecto si eres anciano decrépito y lo único que te queda o falta en la vida es la muerte. Es el típico lugar que se comen los sueños de los más jovenes, pero complace a quienes ya se les acabo eso de soñar y se quieren retirar de la ciudad y su escandalosa definición de diversión.

No es mi estilo de vida, prefiero la ciudad llena de ruidos que me recuerden que hay más vida alrededor, el olor de las llantas quemada que dice que alguien está viviendo la vida al máximo, el calor de los pequeños y grandes kioscos de comida, claro también su comida chatarra, el sonido del metro pasando temprano llevándose consigo las personas apresuradas por llegar a sus respectivos trabajos, al señor de las paletas gritando "paletas, paletas, hay de coco, paletas, paletas" siempre tan puntual este pasaba al mediodía todos los días sin falta.

La señora Annie regando sus plantas y discutiendo con el pobre señor Paul por pisar sus flores, siempre me refería a ellos como los señores Kidney y estos siempre me pedían que los tuteara. El sexy vecino tomando un rico café en la ventana cada mañana antes de unirse al caos junto a las demás almas apresuradas por llegar a su destino.

En Wayward Pines es diferente todo es callado apenas escuchas un carro pasando por la carretera y si pasa alguno, muy rara vez, no hacen ruidos. Se ven exageradamente caros, extravagantes y lujosos, seguramente de algún viejo millonario retirado. En lo único que podia encontrarle similitud a la cuidad es que en Wayward Pines, todos se despiertan temprano y van todos a sus respectivos trabajos. Todos se conocen, nuestra llegada se supo al instante causando una ola de rumores en el pequeño pueblito, ya saben lo que dicen "en un pueblo chiquito todo es pequeño, menos la lengua del pueblo."

Cada mañana y cada alma de Wayward pines, tenía la inculcada costumbre de saludarse. Era una experiencia inigualable, era como ver un pueblo sacado de una revista con un aspecto como el de las películas de antaño, todos eran amables y todos se llevaban bien. El día era muy diferente a la noche, ya que apenas se escondía el sol, todo se ponía un poco tétrico y cambiaba el escenario a una película de terror. No era muy común encontrar a alguien en las calles de Wayward Pines pasadas las 8:00 P.M

El pequeño pueblo está rodeado de árboles. Las ramas se estremecen provocando que se choquen entre sí; creando así una sinfónica desafinada. A esto se le unía los búhos, los coyoyos y otros animales nocturnos que creonunca oír antes, pero eso no quitaba la cagalera que me producía sus extraños cánticos y así mismo también se escuchan los aullidos de los lobos. Casi como si todos estos animales salieran a cantarle una serenata a la luna.

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