5. Trato hecho

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Capítulo 5.

Trato hecho.

Cailean.

Anoche no pude dormir bien, el olor de Juana a unas cuantas puertas de la mía tenía a mi lobo alterado, se estaba comportando como un cachorro. Quería ir y reclamarla como mía, pero me contuve de hacer algo así, lo único que me iba a dejar eran problemas, y justamente eso era lo que más tenía desde que ella apareció.

Sometí a mi lobo y bajé a entrenar un poco. Solo fueron unos minutos los que demoré en darme cuenta que el ejercicio no iban ayudar a nada. Así mismo supe que nada en esta casa, iba a lograr retenerme más de un minuto.

Salí al balcón de la casa y le aulle herido a la luna. Era una falta de respeto presentar una querella de ese tipo a la misma diosa luna en persona, pero tenía que entenderme y aguantarme un rato. En estos momentos debería estar en la cama a puertas cerradas con mi mate, marcandole mi nombre en el alma misma, pero estaba aquí quejándome. Al parecer mi lobo no era el único crió.

Salte del balcón al patio, no podía más. Ya el olor de juana estaba más dulce y más atrayente que la ambrosía. Parecía que hasta inconscientemente le gusta colmarme la paciencia. Está vez, me fui lejos sin mirar atrás. En un abrir y cerrar de ojos estaba frente a la puerta de la casa que siempre me recibiría con brazos abiertos.

— ¿Huyendo a estás horas?. — me atacó Marcus apenas me abrió.

Lo aparte de mi camino y entre directo a la cocina, abrí la nevera y saqué un six-pack de cerveza negra como Juana por su casa. Sacudí la cabeza cuando su nombre pasó por ella. Le tiré una que apaño sin esfuerzo y me tire en su sofá. Le di un largo sorbo a mi cerveza y masajee mis sienes.

— ¿Quién dijo que estoy huyendo?.

— Tu humor.

— Duermo aquí está noche.

Vi que iba a decir algo, pero el sonido de la puerta lo detuvo. Martha, mi sirvienta apareció detrás de esta envuelta en una sábana con todo el pelo desordenado. Rodeé los ojos, justo lo que me faltaba hasta Marcus está cogiendo esta noche.

¡Muchas gracias diosa Luna!

Martha se puso de todos los colores, hizo una reverencia y la mantuvo.

— Lo siento Sr. Cailean, ya me retiro. — habló bajito.

Marcus me tiro una mirada de pocos amigos y la levantó de su pose de sumisión para luego cubrirla con su cuerpo. Todo sin dejar de mirarme con su ahora nueva cara de "abres la boca y te mató". El muchacho quería impresionar.

— No la cagues, por favor. — me ladró por el vínculo.

Está bien que quería compañía, pero no era tan maldito. Total no era mi asunto lo que hacía ella fuera de la casa, claro esto siempre y cuando no fuera perjudicial para la manada. No me importaba en lo absoluto.

— No soy tu amo en esta casa.

Escuche como volvió a respirar y luego la vi correr de vuelta al cuarto de Marcus como un conejillo asustado. Le di otro sorbo a mi cerveza bajo la atenta mirada de mi amigo.

— Me voy, porque alguno de los dos tiene que tener sexo esta noche. — se burló en mi cara.

— No me hagas arrepentirme y ni se te ocurra hacer ruido, escucho un solo ruidito y los echo de la casa.

Me miró como si me salió un tercer ojo, pero no le dio tanta importancia quizás pensó que estaba bromeando. Se bajó la cerveza de un trago y me tiro la lata vacía, me guiño el ojo y se perdió por el mismo camino que se fue Martha unos minutos antes, solo que sin tanta prisa. Me reí para mis adentros mientras aplastaba la lata entre mis manos. No había necesidad de que fuera tan formal, no era el alpha todavía. 

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⏰ Última actualización: Jan 19, 2023 ⏰

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