3. Cían Buckley

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Capítulo 3.

Cían Buckley. 


Cuando me despertó la alarma, noté que ya estaba en mi cama. Pensé que Brad me iba a dejar dormir en el sillón, asimismo como también esperaba encontrarme con Brad para darle las gracias por lo de anoche, pero al parecer se fue temprano a la universidad.

Rápidamente entre al baño, no tuve tiempo a lavar mi cabeza. Salí del baño apurada me puse un vestido veraniego de flores, no sé, pero estaba de buen humor. Me gusta reflejar mi humor con la ropa que me pongo. Baje las escaleras de dos en dos y encontré a mi queridísima madre tirada en el sofá con ojeras y despeinada.

《Problemas en el paraíso》

Era raro ver a esa mujer descuidada ya que ella hasta cuando va al baño hacer del dos es perfecta, tengo una extraña hipótesis de que se maquilla.

— ¿Qué pasó?.— dije impaciente me preocupaba un poco lo que le pasaba, pero solo quería irme.

— Las llaves del auto están en la cocina vete. —dijo sin mirarme, eso me confirmo su humor.

No dije nada, fui a la cocina puse a calentar un pedazo de pizza de anoche, dejé la pizza en el microondas. Puse una sopa de fideos y le lleve un vaso de agua junto a unas píldoras para el dolor de cabeza, que le obligué a tomar. Le prepare un baño caliente y la obligué a bañarse. Le dejé una muda de ropa cómoda en la cama y baje le serví la sopa y volví a subir para dejarsela en la mesa de noche.

Ya llevaba alrededor de 8 minutos caminando y estaba sudando y estaba cabreada y el sol estaba súper fuerte y que me joda un perro y estoy harta y odio Wayward Pines y odio su estupido e insistente transporte y odio caminar.

Llegue a la segunda hora de clases, y ya Megan me estaba esperando en mi casillero.

— Hola Megan ¿Cómo estás? ¿Bien? Me alegro yo estoy de lo mejor!.— dije dándole a entender mi humor.

— Bien, se puede saber ¿Por qué llegas a estas horas?.— dijo poniendo su mano en su cintura mientras me señalaba —. Y toda sudada.—agregó

— Pues me quede hasta tarde con Brad viendo películas.— dije respondiendo lo primero—. Camine hasta aquí.

— Sí me llamas puedo pasar por ti.— dijo empezando a caminar.

Si tenía carro ¿para que se iba con Cailean? Acaso todo mundo aquí tiene problemas mentales y nadie lo nota. Creo que sí.

— ¡Hey! ¿A dónde vas?.— dije parando su caminata.

— ¿Hola? Claramente al aula a dar clases. — dijo señalando el pasillo y luego su reloj.

— Estoy cansada, voy a las gradas entro a clases después de receso, me pasas los apuntes.— dije caminando en dirección contraria a ella.

No podía llamarla porque no tenía teléfono cosa que agradezco aunque Brad seguramente me daría uno nuevo y tampoco me gustaba la idea de que me recoja alguien que acabo de conocer, todo en este pueblo es nuevo para mi. Se conducir podría venir por mis propios méritos, pero me gusta que mi mamá me traiga.

Una vez sentada en las gradas, saque unas barritas de cereal y quería jugar al clash royale, pero mi teléfono (algo que si es positivo de los teléfonos) estaba varado en el bosque con un lobo de un tamaño exagerado pululando en sus alrededores

Estaba muy entretenida leyendo el paquetito donde venía la barrita cuando un movimiento al fondo del gimnasio llamó mi atención. Había un señor caminando por ahí, se veía muy fuera de lugar como que no encajaba alguien de esa facha en un gimnasio. Al parecer estaba buscando algo o alguien... lo observe con atención, notó mi presencia de golpe y giró todo su cuerpo en mi dirección poniendo toda su atención a mí, una sonrisa le bailó en los labios, al parecer encontró lo que buscaba.

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