Capítulo 2.
Nuevo óbito
Voy todo el camino al gimnasio riendo como una hiena, gracias a Marcus y sus ocurrencias. Acabo de conocerlo y ya me cae bien, el mismo porcentaje que tiene de divertido lo tiene de lindo. Claro como todos en este puto colegio, mis ojos no han visto a nadie feo y no estoy exagerando, todos los que me han pasado al frente y al lado se ven bien y Marcus no es la excepción.
Estoy un poco mirona hoy...
Marcus es un rubio de ojos hermosos, cuerpo como de capitán del equipo de fútbol y ni siquiera voy a hablar de la retaguardia de este señorito. Tengo que limpiar mi mente. Salgo de mis pensamientos oscuros cuando escucho a Marcus reírse de mi cara en mi cara, al verme viéndolo con tanta atención.
— ¿Que pasó? Juana... no me digas que ya te prendaste.— dice divertido mientras pasa uno de sus trabajados brazos por mis hombros.
— Ya estoy babeando por ti. — digo sarcástica mirándolo mientras pestañeo como una cría engreída.
Marcus se ríe con ganas y con tantas que al entrar tenemos la atención de todos. Ni siquiera me había dado cuenta que ya estábamos dentro del gimnasio. Siento como se calienta mi cara. Marcus al ver mi cara se ríe de nuevo solo que esta vez más suave, haciendo que nos vea está vez la profesora de educación física, esta no demora en hacer una seña en nuestra dirección para que fuéramos a donde estaba.
— Muy bien Wilkes, ya fue suficiente. — dice la profesora dirigiéndose a Marcus.
Casi me cago de la risa al ver su cara de "seriedad", pero tenía a la profesora al frente.
— Vete a poner el uniforme. — vuelve a dirigirse a mi musculoso amigo, haciendo que este quite su brazo de mis hombros y se retire.
— Nos vemos a la salida.— susurra en mi oído haciendo que me ponga de nuevo roja.
¿Qué me pasa? Por Dios, acabo de llegar y ya me estoy imaginando un romance hasta con el profesor.
Amo Escocia.
— Muy bien ¿Usted es?.— dice poniendo su atención en mi roja cara.
— Juana Milne, soy nueva y quisiera saber como ponerme al día. — digo un poco cohibida, las secuelas que me dejó Marcus.
— Supongo que no trajiste uniforme, así que será para la próxima. En cuanto a ponerse al día necesito jugadoras en volleyball.— dice lo último dudosa.
— Jugaba volleyball en mi anterior colegio, no será un problema, esperaré en las gradas a que termine la clase. — dije señalando las gradas.
— Hablamos los detalles al final.
Se dio media vuelta, y pitó en su silbato, para luego gritar un par de órdenes ininteligible.
Viendo alrededor noto que Cailean está aquí y que este me está mirando. Creo ver rastro de ¿desagrado? no le doy importancia al asunto y continuo mi camino a las gradas. El gimnasio es enorme, está rodeado de grada al aire libre y alrededor está lleno de árboles, todo el suelo está cubierto por una fina capa de grama que tiene dibujado algunas líneas blancas y unos números.
ESTÁS LEYENDO
Solamente Negocios
مستذئبSu estudios dan un giro drástico cuando su papás deciden mudarse a un lugar más tranquilo. Lo que Juana no sabía es que ella era la pieza clave que faltaba para que el engranaje empezará su función en Wagner, ella era el elemento esencial de esa mud...