Alan se había rendido sobre la inspiración de sus nuevos cuadros. Perdida y considerando que su carrera como pintora se iría a la mierda decide irse a una cafetería luego de un día para nada productivo.
El chico misterio dependiente esconde un sec...
- Alan...- Entra Alín por la puerta de mi habitación sin al menos un respeto por mi espacio personal.- ¿Cielos Alan qué te ocurrió?
¿Qué me ocurrió? Pues como contarte, mmm... permanecí una noche entera en vela, apreciando la obra maestra que había creado de un sueño extra- súper- mega- raro.
Pero lo más extraño de todo era:
1-) ¿Por qué no podía despegar la vista de aquella pintura?
2-) ¿Quién era ese chico sin rostro?
3-) ¿Por qué había soñado un tipo con alas pintando un lienzo?
Esas 3 preguntas me andaban rondando, y aun así seguía clavada a ese simple cuadro.
No por mal, pero tenía mal aspecto después de todo, resaca, ojeras que me llegaban hasta las mejillas, mi pijama llevaba salpicadura de pinturas negras y colores neutros y por dichosa que fuera, sostenía el pincel tan fuerte, como si tuviese miedo a perder algo. Andaba descalza, sentada en el suelo.
Alín aun seguía petrificada en el marco de la puerta con el pomo de ella en su mano, incapaz de moverse.
- ¿Por qué te quedas ahí? - Pregunté aun resistente con mis ojos bien puestos
- Tu cuarto es un desastre, y tienes apariencia de haber sido violada por un demonio- Se acercó y se agachó a mi lado- Amiga, ¿estás tan mal? - Infló sus mofletes, eso significaba que andaba preocupada
- Solo aún me pregunto como pude hacer esto- Ella no comprendió hasta que se fijo en la cuadrícula negra. Sus ojos se agrandaron y sus retrinas pronto parecían colapsar al no sentir un contacto húmedo, no pestañaba.
- ¿De dónde has sacado eso?
- También me pregunto como pude sacar eso de mi mente. No es nada semejante a mis... obras.
- Es hermoso...
- ¿Sabes?. ¿No sé ni quién es?. Tuve un sueño extraño
- ¿Sueño extraño?
- Sí, un sueño extraño, y esa es solo la escena que recuerdo, no dormí absolutamente en la noche por culpa de esto
- ¿Quieres ir a un psicólogo?
- Si esta estúpida imaginación sigue funcionado como debe, entonces me someto a seguir creando estas perfectas obras.
(... )...
- Alan, ¡es hermoso!
- ¿Te gusta?
- Vaya, no llegaste ni a la semana- Kipling sonreía emocionado hacia el retrato sin rostro de mi gran salvador.- Es atractivo, extraño, neutro y atrapante.
- Sí, pues lleva de todo un poco
- ¿Por qué no presentas más cuadros así?
- Si te dijera de donde a salido ni lo creerías así que prefiero dejarlo con el tiempo
- Está bien, lo guardaré y luego que tengas más cuadros entonces haremos una exposición.
- Buena idea. Me agrada que alla funcionado bien.
-Sabía que podías hacerlo. Continua así- Me da unas pequeñas palmadas en la espalda satisfecho.
Eso me hacia sentir bien. Pero aun así me molestaba el hecho de que tal vez ¿Fue sólo un empujón de la vida? ¿Un simple y raro sueño?
- ¿En qué piensas?
- En nada, solo quería recorrer algunos lugares hoy que tal vez me aporten nuevas ideas- Sonreí
- Ah, está bien, es bueno que busques inspiración
- Sí, no puedo volver a decaer. Gracias por todo, vendré cuando tenga algo nuevo.
Me despedí levemente con la mano y me marché, esta vez iría a casa, tomaría un delicioso baño y emplearía mi hermoso tiempo en comer palomitas de maíz mientras veo los documentales de Davinci que mi profesora de arte de la universidad me había regalado por mi cumpleaños.
Si tuviera que casarme con alguien, sería con esa estrellita hermosa y preciosa que desarrolló el arte de la belleza.
(... )...
- Alan, no babees más los cojines y acuestate a dormir en la cama ¿quieres?
- No me jodas más Alín
- Ya, Jin te esta mirando con mala cara- Reclama ella mirando a su novio que se encontraba en la butaca de al lado
- Pues que se joda con sus métodos de limpieza y exterminación masiva de partículas de polvo- Hundí mi cabeza en el cojin
- Sólo soy limpio y organizado
- Y manipulador- Dije aun bajo los efectos de la oscuridad asfixiante esperando que me alla entendido.
- Alan, Jin y yo nos iremos a una fiesta con unos amigos. Te quedarás solita, nada de bebidas alcohólicas ¿sí?, no voy a estar aquí para medir tu autocontrol.
- ¿Me vez con ganas de coger una botella hoy? No, y mientras más rápido te vas más puedo dormir así que bye bye!!!- Hice un gesto con mis manos de despedida y me acomodé en el sofá.
- Genial, menos de que preocuparme. Cuidate- Me grita antes de sentir como cerraba la puerta.
‹‹ Genial, almohada, tú y yo estamos para compartir una noche de placer, juntas, bien acurrucaditas››
Había caído como una piedra, en menos de segundos ya estaba cómodamente dormida en lo profundo de mis sueños. Ahora había algo diferente, era yo la que me encontraba en aquel cuarto que si no mal recuerdo era él del ángel caído.
Un rechillante sonido se siente y penetra por mis timpanos. El caballete junto a una pintura extraña se presentan ante mí.
Solo colores, muchos y muchos colores mezclados le dan la vida viva a aquel rostro sin expresión. Un trueno junto a un enclarecedor relámpago se oyen, y yo no dejo de observar aquel rostro. Comienza a llover y las gotas se llevan consigo rastros de pintura. Yo lloro, pero no se cual es la razón, algo fuerte me impulsa hacerlo mientras aquellos ojos me observan espectantes.
Caigo del sofá y me doy fuertemente en el brazo causándome un gran susto. Miró a mis lados y estos en casa, la Tv esta encendida y el suelo me filtra el frío que desprende.
Mi cabeza palpita de dolor e imágenes borrosas del sueño me vienen a la mente, en principal de aquel, aquel colorido y raro rostro. Corriendo hasta mi habitación no demoro en adueñarme del espacio necesario para crear esa nueva obra, los colores que jamás había utilizado ahora eran presentes de adueñarse de aquel papel blanco. Garabatee millones de líneas, delinee millones de agujeros, definí montones de rasgos, salpique colores y pinturas y logré embellecer aquel cuadro de lienzo pálido, chupando de cada gota de color que lo bañaba.
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