Querido Amor,
Te tengo miedo. Sé que te sorprende escuchar esto, pero es verdad. He escuchado tantas historias sobre ti que no sé cómo me vas a tratar. He leído como le has roto el corazón a miles de personas y, para qué te voy a mentir, no quiero que me hagas lo mismo. He estado evitándote toda mi vida, nunca he querido conocerte por más veces que me llamaras y, hasta ahora, el esconderme de ti ha sido fácil. Pero ahora estás insistiendo. Llamas cada segundo, cada minuto y cada hora del día.
Eres listo Amor, te escondes en esos ojos verdes y en esa sonrisa torcida, te escondes en esos "te necesito" y en esos celos que me confunden. Sabes que odio sentirte, odio tenerte presente y aceptarte. Pero tú estás ahí, al final del pasillo, extendiéndome la mano y susurrando un "confía en mi" inaudible pero claro para mis oídos. Cada día doy un paso más hacia ti y aunque sean pasos llenos de miedo y orgullo tú me miras con esos ojos verdes llenos tranquilidad.
¿Qué me prometes, Amor? Sabes que mi corazón helado, en su interior alberga ilusiones y fantasías creadas por los libros. Sabes que no me gustan los príncipes azules y que estoy enamorada de historias en los que el chico malo tiene un corazón de oro. Sabes que no quiero una historia de amor preciosa, que adoro las montañas rusas y que soy exigente. No sé qué me tienes preparado, no sé si me vas a romper el corazón como a Julieta. Tan solo te pido piedad y compasión por esta muñeca de porcelana. ¿Qué me prometes, Amor?
Sé bueno.
Con cariño,
Eva Navarro.