Capítulo Único: La antigua Chloé

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«Sí puedo, sí puedo, hoy lo haré, me atreveré. Lo peor que puede suceder es que no me corresponda, ¿cierto?»

Ingenuos los pensamientos de ambos chicos que se encontraban caminando hacia el salón de clases, tan adentrados en sus pensamientos que no vieron el camino y chocaron entre ellos.

—¡Perdón!

—¡Lo siento!

Zafiros y esmeraldas se encontraron para apartar la mirada avergonzados. Recogieron sus pertenencias que yacían en el suelo, para dedicarse una sonrisa amigable y retomar su camino al aula.

Entraron luego de una reprenda por parte de la maestra, quien los mandó a ambos a sus lugares.

—Amiga, ¿por qué llegaste con Adrien? —susurró Alya cerca del oído de su mejor amiga, pues no quería que su conversación fuera centro de atención.

—Tropecé con él cuando llegamos, así que caminamos juntos al salón.

La pelirroja había preguntado por simple curiosidad, por lo que ignoró el tema con simpleza, pero volvió a susurrar una duda que sí le inreresaba.

—Oye. —La azabache fijó su mirada en su compañera de asiento—, ¿a qué hora le dirás a... ya sabes... —Bajó aún más la voz, si es que eso era posible— lo que sientes por él?

—Lo mejor sería en la salida, no quiero que me vean llorando —soltó la azabache con cierto temor, escondiendo el rostro entre sus brazos.

—Hey, no seas pesimista, ya verás que todo irá bien. No porque pase tiempo con Chloé significa que sea igual a ella.

La mención de la rubia hizo que Marinette centrará su atención en ella por un momento. La libreta en sus manos consumía por completo su atención mientras escribía en ella, probablemente sin siquiera saber de qué trataba la clase que estaban viendo. No era común ver a Chloé desconcentrada en la clase.

—Sólo espero que eso sea cierto. —Regresó a ver a Alya—. Sé que él no siente lo mismo por mí, pero siento la necesidad de contarle de todas maneras, y no quiero que sea insensible —expresó mirando inconcientemente a Chloé nuevamente, con una mano en el corazón.

No dejó que la conversación que mantenía con su amiga entrara en su mente, su atención se mantuvo en la rubia. Esa imagen de ella le había traído recuerdos, recuerdos de años de una amistad pura, una que, sospechaba, jamás volvería.

La Chloé que había estado a su lado en la mejor parte de su niñez era tímida en la mayor expresión de la palabra, soltaba suspiros robados por un amigo de la familia que Marinette nunca había conocido pero del que Chloé le había hablado tanto para hacerse una idea de él, se escondía detrás de las escaleras cuando se burlaban de ella y llevaba a todos lados su pequeño oso peluche de nombre olvidado. ¿Dónde había quedado esa Chloé? Se preguntó Marinette, una vez que vio a Chloé regañar a Sabrina por algo que no había llegado a sus oídos.

A veces extrañaba ser amiga de Chloé, pero era algo que Marinette nunca confesaría a nadie.

—Hermano, ¿qué te sucede? —susurró el moreno a su mejor amigo.

—Estoy nervioso. Hoy le quiero decir lo que siento a la chica que amo, pero ¿qué tal si me rechaza? —respondió también en un susurro.

—¿Me hablas en serio? ¡Eres el modelo Adrien Agreste! —gritó en un susurro—. ¿En realidad crees que alguien te rechazaría?

—Espero que estés en lo correcto, al menos con ella —sus mejillas adquirieron un ligero tono carmesí y su amigo le dio un codazo con una sonrisa cómplice.

Bajo Ese Árbol [Chloenette One-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora