Me encuentro en una tarde con un cielo atardecido, el canto de los pajarillos retumba por toda la pradera, me encuentro en un aprieto, estoy teóricamente contra los tres vástagos del dios nórdico del engaño y la mentira, Fenrir, Hel y Jormundgander.
El soldado que se encuentra delante de las tres sombras lleva una capucha color dorado además de una coraza negra, cuando se quita la capucha y la coraza se ve un gran casco de oro con unos cuernos casi más grandes que mi cabeza, o al menos eso es lo que aparentan. También se ve un cetro en su espalda, me temo lo peor, que sea el mismísimo Loki y sus tres hijos. De repente, vuelve a sonar la voz de ultratumba, el tiempo se para y yo me extraño bastante. La voz de Ares suena más fuerte, como si estuviera en mi cabeza. Intentó ignorarla cuando de repente aparece la figura del dios de la guerra en persona. Estoy bastante extrañado cuando de repente me dice:
— Kratos, te puedo prestar mi poder para destruir a todo aquel que te haga daño físico o emocional, pero a cambio, te voy a pedir algo parecido a un aval. Que si me traicionas o intentas matarme formarás parte de mi ejército para siempre.
— Y que pasara con mi mujer y mi hija, estoy muy preocupado por mi esposa debido a su herida.
— No te deberías preocupar tanto, en el futuro no estarás con ella.
— ¡A que te refieres hijo de...!
De repente veo a Loki mover su cetro hacia delante sobre la cabeza de la sombra del lobo Fenrir.
El lobo asiente y avanza con gran rapidez hacia mi mujer oliendo la sangre fresca proveniente de la herida.
— De acuerdo Ares, aceptaré tu poder. — Digo presa del pánico.
— Has hecho lo correcto.
Después de que Ares dijera eso, unas cadenas aparecieron del cielo nublado, yo estaba muy nervioso así que antes de que pudieran caer al suelo, yo ya estaba cogiendo mi espada y mi escudo. Entonces, las cadenas, que por cierto, iban a gran velocidad, mostraron que iban atadas a unas hojas bastante afiladas o al menos eso se veía gracias a la luz del sol. A partir de ese momento, se me ataron en los brazos, dolía un poco sin contar que me estaban cortando la circulación y, ademas, estaban ardiendo.Las cadenas me otorgaron una fuerza abismal, capaz de romper una roca sin mas esfuerzo que aplastar un mosquito y una agilidad que podía moverme casi igual que un dios, en concreto, como Ares, el dios que me había dado dichas armas.
En ese instante, el lobo Fenrir se abalanzó, pero gracias a la agilidad, pude moverme lo suficiente para salvar a mi hija y a mi esposa. Le golpeé con el mango debido a que no las manejaba bien. El lobo se quedó aturdido por unos instantes, durante dichos instantes, yo intenté cortarle la cabeza para que no pudiera hacer cosas de las que me arrepentiría. Entonces, Loki, que estaba con sus otros dos hijos, alzó su cetro y desvió mis hojas del caos, o así las había llamado Ares, que, por cierto, se había largado. Valiente hijo de perra. O al menos eso retumbaba en mi cabeza en esos momentos. En el instante en el que yo pude controlar las hojas y volverlas a mi mano usando las cadenas, el lobo se había levantado aunque todavía estaba bastante aturdido y desorientado.
En ese momento oí un siseo detrás de unas rocas pero no le doy importancia y me centro en aprovechar que el lobo aún no se ha espabilado para rematarlo. Cuando me dispongo, por segunda vez, a acabar con el, oigo un grito por detrás, es mi hija. La serpiente Jormundgander ha conseguido pasar hasta mi esposa y mi hija y la a atrapado. Yo estallo y cuando no puedo aguantar más, se desata una tormenta tan salvaje capaz de destruir toda una aldea del golpeo de un solo rayo. En el primer relámpago, una luz, casi celestial, nos ciega a Loki y a mi. En dicho relámpago, se vislumbra la figura de una gran espada del mismo material, o lo que quiera que estén hechas mis hojas del caos.
Hola. Os presento el tercer capítulo de esta gran lucha contra los dioses que me desterraron. Espero que os esté gustando y comentar si veis algo que se puede mejorar.
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Dios de la Guerra.
FanficSoy el desterrado Kratos y busco venganza ante los dioses del Olimpo