Pesadillas.

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El susurro de la noche
Te incita a soñar
Con la amargura con la que
las pesadillas devoran.

Necesitan alimentarse
De la sombra de los suspiros
De los versos de amor
Que no le leíste a ella.

Ansían con fervor el fuego
De los abrazos
que dejaste sin destinatario
Por miedo a congelarte.

Degustan como manjares
Las sabanas solitarias,
Los ojos vidriosos,
La angustia...

Así que duerme...
Dales lo que quieren.
Y que el miedo te tema
Hasta llorar con tu presencia.

Que tus flechas de valentía
Atraviesen el craneo
De los hambrientos de odio
Y de los deseosos de muerte.

Que cuando las pesadillas duerman
Y el mal se cobije,
Teman encontrarse contigo.

DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora