Un poco picante

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-¡Demonios Yuuri al fin contestas el estúpido teléfono y cuando lo haces solo tienes para decirme un maldito "lo siento" que no soluciona las horribles doce horas de incomunicación absoluta que tuviste! ¡Aun peor, no dignaste a contarle a tu mejor amigo del alma que te topaste con Victor Nikiforov, hiciste un horrible desastre, te despidieron y ahora el mismísimo dios de la cocina fue a tu departamento y te recontrato!

Su mejor amigo estaba en vivo y en directo regañándolo por vídeo llamada como nunca lo había hecho en la vida. Yuuri jamás había visto a Phichit molesto y era un acontecimiento increíble que no olvidaría por el resto de su existencia, nombrándolo el "Día internacional que Phichit casi lo mata". Hay personas que son irascibles por naturalezas y no es una sorpresa verlas enfadadas, pero existe otra clase de persona que por muy mala que sea la situación no pierden el control, excepto por pequeñas excepciones. Y las excepciones siempre dan miedo.

-Phichit lo siento de veras...

-¡Nada de Phichit lo siento de veras! Estuve a una hora de tomar un vuelo directo a Paris.

-No quería preocuparte con lo del despido.

-Me preocupaste más al no contestar Yuuri -Bajando la voz colocando un puchero- Pensé que te habían secuestrado o algo así. -con voz severa y reprochadora causando más culpa en el japonés-

-Lo sé, disculpa.

-Ah...está bien -resoplando aliviado luego de descargar la ira acumulada- creo que ya descargue todo mi enojo.

-¿Estamos bien?

-Sí, bien. -dijo esta vez relajado olvidando el altercado- Pero promete que no lo volverás a hacer.

-Lo prometo. -sonriendo aliviado-

-Eso quería escuchar -volviendo a su semblante amable y juguetón de siempre- Y dime ¿Victor es tan guapo como en las revistas?

-¡Phichit!

-¡Oh vamos! Solo quiero saber que tal tu nuevo jefe.

-Bueno, tiene lindos ojos...

-¿Sabes que no hablo de los ojos? ¿Cierto?  -arqueando una ceja- Aunque esos son puntos a favor. -levantando el dedo pulgar en señal de aprobación-

-Phichit, no es como si fuese a tener algo con él, solo es trabajo. Además, mírame y míralo a él, estamos en dimensiones cósmicas completamente distintas. Soy un simple mortal al lado de él y debo cocinar lo suficientemente bien como para sobrevivir a su cocina.

-Yuuri ¿Qué hablamos de subestimarse? -cruzándose de brazos con reproche-

-Es malo y no ayuda en mi carrera, lo sé. -colocando el tono de voz que pondría su amigo al regañarlo-

-Yuuri, no te das cuenta de nada. Eres muy guapo y tienes opciones.

-Lo dices porque eres mi mejor amigo.

-Sí, soy tu mejor amigo, pero no soy ciego como tu Yuuri. Cuando vivíamos juntos siempre habían personas que iban detrás de ti ¿O crees que esas chicas eran amables contigo solo porque les parecías simpático cuando en verdad no hablabas con nadie y eras un completo antisocial?

-Ellas eran muy sociables. -dijo con obviedad como si no fuera nada extraño-

-Ok, tienes razón -rodando los ojos aceptando el comentario de su amigo- ¿Pero qué tal el chico del club de rugby, el de natación, el de tenis, el de fútbol y el de atletismo? Ellos se veían extremadamente amables contigo y no les veo la razón de acercarse de la nada a un completo extraño para conversar de la vida, invitarle a salir y llevarle chocolates. Yuuri, eras una leyenda urbana en la universidad y tu jamás te diste cuenta que eras un rompe corazones. No dije nada para no presionarte y te pusieras ansioso cuando ellos se acercaran, pero ahora que ya no estás aquí puedo decirlo...el pobre capitán del equipo de tenis en verdad quedo destrozado cuando te fuiste. -dijo colocando tono lastimero al compadecer al deportista- A veces me pregunta como estas...es un poco triste ¿Sabes?

La Receta Perfecta (Yuri on Ice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora