Una extraña pero buena combinación

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El horario de los chef es horrible, no tienen vida social y sus jornadas son tan extensas que ni tiempo para divertirse les queda. Por eso es muy difícil para ellos mantener amistades fuera del trabajo al igual que relaciones amorosas. Algunos dicen por ahí, que los amores de cocina son una explosión de sabores exquisitos (Yuuri lo escucho de Chris que parece tener una larga y vasta experiencia al respecto; cuando se acerco a él tomando su cintura susurrándole al oído).

Por lo menos Yuuri no está al tanto de si es cierto que el amor de chef es algo tan mágico como dicen, o solo es una guerra de cuchillos afilados donde uno debe ser el vencedor.

Pero si algo era cierto, es que en las últimas semanas la lista mental de las: "10 cosas que a Yuuri Katsuki le hacen muy feliz" estaba cambiando un poco...

1-Cocinar

2-Comer

3-Los perros

4-Dormir

5-Sus amigos y su familia

6-Estar acostado sin hacer nada.

7-Ver series y leer

8-Salir a trotar de noche y ver el cielo estrellado.

9- Victor Nikiforov

10- Bailar (en secreto)

Puede que solo sea el cambio de un punto en su escala, pero ahora Victor se encontraba en el puesto nueve dentro de sus cosas felices. Y en serio Victor lo estaba haciendo feliz.

Es seguro que Yuuri aun no se dé cuenta que algo estaba sucediendo en su interior por cierto ruso de cabello plata y sonrisa acorazonada. Quizás es demasiado leve como para notarlo, pero es algo que se encuentra ahí, floreciendo lentamente. Porque Yuuri ve a Victor solo como su ídolo y no puede bajarlo fácilmente de ese pedestal donde lo ha mantenido por años como un fanático apasionado.

Mas en ese preciso instante lo único que llenaba la cabeza de Yuuri, es que debía llegar a su departamento lo antes posible por la lluvia que lo perseguía al trotar por las calles parisinas. Sus lentes iban empañados y las pequeñas gotas rodaban burlescas tapando su visión, pero a pesar de lo incomodo que podía parecer, sentía una clase de libertad refrescante, aunque temía un resfrío inminente luego de eso.

Sin embargo su concentración se perdió en el segundo que paso por una parada de buses cercana y vio una silueta bastante conocida que lo dejo desconcertado.

-¿Yuri? -pregunto parando en seco-

El menor no supo quien lo llamaba y al voltearse, se encontró de frente con un empapado japonés que lo miraba perplejo.

-¿Qué haces aquí? -pregunto Yuuri preocupado-

-No es tu problema -dijo con hastió el rubio-

-Estas mojado, te resfriaras si te quedas aquí más tiempo.

-No necesito la compasión de un tipo que esta igual de empapado que yo, ahora lárgate que molestas.

¿Qué más podía replicar Yuuri a tamaño Desprecio? Bueno, no se iba a quedar de brazos cruzados si eso era lo que pensaba el joven ruso.

-¡¿Qué haces?! -soltando el débil agarre del japonés en su frente-

-Lo siento, pero creo que tienes un poco de fiebre y si continuas aquí pescaras un resfriado grave -dijo con tono decidido- Yo vivo a una cuadra, ahí tengo calefacción y ropa seca.

-¡Ni muerto!

-Bueno, creo estarás muerto dentro de poco si te quedas aquí.

-Grrrr...-gruño entre dientes el rubio- No te incumbe.

La Receta Perfecta (Yuri on Ice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora