Capítulo 3

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“Eres lo que quiero poseer”

K.

Es el colmo, no puedo salir de aquí.

Miraba la madera del techo de no cuarto mientras recordaba los últimos días de mi vida escolar. Ese día había permanecido casi dos horas en un cubículo del baño de mujeres, chicos de mi edad que asistían a la escuela habían sido pagados por reporteros para que me acosaran incluso en el único lugar que había creído que no me alcanzarían. Entonces, el monje Kenny apareció para sacarme de la escuela y también del alcance de todos aquellos que me buscaban por puro interés.

Dejé de asistir a la escuela y también tuve que abandonar mi casa, la casa que mis difuntos padres adoptivos me dejaron después de...

Cerré los ojos con fuerza, no quería recordar aquello o lloraría.

De repente sentí algo unido y áspero en mi mejilla obligándome a abrir los ojos.

Meow.

—¡Lili! –me incorporé levantandola en brazos, la gatita de cabello negro ronroneo en mis brazos. —¡Te extrañé!

Otros maullidos llamaron mi atención y me di cuenta que habían por lo menos cinco más de ellos. Miré a Lili.

—¿Son tus amigos? –recibí un maullido como respuesta. —Muy bien, entonces... Que tal si les doy una merienda.

Todos maullaron con insistencia, asi que dejé a Lili en el suelo y corrí hacia mi closet, donde guardaba una bolsa grande de alimento que había comprado para Lili, pero de algún modo ella había desaparecido por un tiempo sin ser capaz de dárselo. En fin, hay mucho para todos ellos. Extendí un papel de diario sobre mi alfombra y puse mucho del alimento encima de este. Todos se pusieron a comer mientras yo los observaba embelesada, los gatos son la mejor creación que pudo haber.

—¿Kotoko? –me alarme al escuchar la voz del Dios al otro lado de la puerta. —¿Puedo pasar? Quiero hablar contigo.

—Eeh ¡Sí! ¡En un momento! –Corrí de un lado a otro sin saber que hacer, no podía correr a los glotones garitos y menos esconderlos. —Aammm, uuf.

Suspiré derrotada y abrí la puerta. Él abrió olímpicamente los ojos al ver a la manada comer concentrados de su deliciosa merienda.

—Si quiere regañarme esta bien, pero no dejaré de alimentar a estos gatos. –me cruze de brazos esperando a que él me gritara o algo, pero no hubo más que silencio. Cuando lo miré, ya estaba justo al frente de los gatos, mirándolos. —¿Señor Levi?

—¿Te gustan?

—¿Eh?

—Los gatos ¿te gustan? –desvió su mirada hacia mí. Esperando una respuesta.

Sonreí. —Sí, me encantan. Son mi animal favorito.

Él asintió y volvió a mirar a los gatos.

—Uno está esperando crías. –dijo de repente, dejándome helada.

¿Que había dicho?

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⏰ Última actualización: Jun 23, 2017 ⏰

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Kamisama Kiss (Levi Ackerman)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora