✿ Flor ✿

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Corría lo más rápido que podía, intentando escaparse de su cruel realidad. Se tropieza y cae, pero se vuelva a levantar. Apenas veía. Malditas flores contagiosas, por lo menos en su otra cuenca veía, por el momento. ¿Qué era eso? ¿El karma por destruir tantos universos? ¿Por hacer desaparecer tantos monstruos? Qué ridículo, él no creía en eso. Hasta ahora.

¿Cuándo pasó eso?

Hace unos meses veía de maravilla, todo era perfecto. No fue buena idea ir a destruir FlowerFell. Estúpido pintor.

Él no quería pelear, o eso pensaba antes, los años le hicieron cambiar, le hicieron convertirse en el villano del cuento.

Él le hizo odiar, sentir la furia, el engaño, aunque especialmente la tristeza, como aquel amargo recuerdo de que volvería con él, vaya estupidez. Recordar todo eso le hizo atacar aún más fuerte, dejando aturdido a su rival por el impacto. Pensando que estaba inconciente se retiró de ahí, pues no estaba de humor para seguir combatiendo con él, además de que se le habían quitado las ganas de hacer desaparecer alguna “anomalía”.

No debió darse la vuelta. Fue un terrible error haberlo hecho, ya que eso dependía si quería ver o no.

Escuchó sus pasos y un fuerte dolor en su cadera. Le habían pateado, y lo peor fue que no tuvo el tiempo suficiente para reaccionar. Fue arrojado hacia una pequeña zona con flores amarillas.

Enfadado por eso, se levantó e invocó sus hilos, logrando agarrar sus piernas y brazos, iba a matarlo, iba a acabar con su estúpida vida.

Iba.

Pobre Error, si tan sólo lo hubieras matado, no estarías sufriendo tanto por él.

Ink cayó de golpe al suelo, pues estaba a una altura mayor. Agarro con fuerza su pincel, dispuesto a atacarlo, pero no lo hizo, ya que vio algo que creyó no ver nunca.

Error, el gran y temible destructor, reflejando miedo en sus cuencas, su vista esta fija en su mano, ¿Qué le había pasado? Se pregunta el creador.

No... —susurra con miedo —. Eso no puede ser posible... ¿verdad?

Sin entender, el artista se acerca, y se da cuenta de unas pequeñas flores clavadas en sus huesos, como si fuesen parte de él.

¿Cómo es posible eso? Si se supone que eso no le puede suceder a ningún de ellos. Ellos NO pueden morir.

O eso creían.

Cada vez iban apareciendo más flores en su mano, eso alertó a Error, y reaccionando, trataba de arrancarlas, le dolía y además no podía, pues como había dicho antes, estan clavadas a sus huesos.

—¡Basta! ¡Te harás más daño! —dijo, mientras agarraba su mano para impedir tal acción.

Pero como era de esperarse, lo apartó bruscamente y se alejó. —¡No me toques! Además, ¿a ti desde cuándo te he importado?

Tiene razón, ¿desde cuándo le importa? Él es sólo un fallo. Lo soltó y se alejo un poco. Pensó en irse, pero la culpa no lo deja, después de todo, es su error que tenga eso, ¿no? Él lo empujó haciendo que caiga a su maldición.

—Te ayudaré, Error!Sans. —dijo decidido.

—¿Qué?

—Te ayudare, es mi culpa que estés así. Así que me haré cargo de ti.

—Puedo cuidarme solo, vómito de arcoiris.

—No voy a recibir un “no” como respuesta. Irás conmigo, quieras o no.

—... Bien. —dijo tímido. Casi pareciendo... sumiso.

¿El destructor de universos actuando sumiso? Vaya, pobre idiota.

No debió dejar que Ink viera ese lado, pues podría aprovechar.

Y claro que lo hará.


[EDITADO. ]

「Flor Marchita. 」 InkErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora