Capítulo 4

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La seguí buscando y la encontré al lado de la puerta hacia la cancha de educación física, es al aire libre y ahí es buen lugar para hablar sin que alguien nos interrumpa.

- Ven, siéntate - le dije a Sam mientras yo me sentaba al lado de un árbol.

Sam se sentó y me empezó a contar lo que vivió en su antigua escuela antes de venir.

- Bueno entonces te cuento...

Sam's POV:

De verdad le quiero contar todo a Ady, siento que tengo que desahogarme contándole todo a alguien y ella es la mejor para escucharme.

- Bueno te cuento...

Cuando iba en mi anterior escuela Peter y yo éramos mejores amigos. Nos conocemos de toda la vida. Nuestros papás son mejores amigos desde bebés.

Siempre estábamos juntos, siempre íbamos de viaje. Peter y yo asistíamos en la misma escuela. Éramos inseparables, mejores amigos, nunca nos peleábamos y siempre nos contábamos todo.

En el último año de secundaria llegó un momento en él que me empezó a gustar, en el que me empecé a enamorar de él y él lo sabía.

Al principio era muy lindo conmigo, me trataba muy bien. Siempre sentí que yo le daba un poco de pena, yo siempre he sido la niña rara y friki de la escuela. Peter siempre fue el típico chico popular que juega fútbol americano y que enamora a todas.

Luego de que él se diera cuenta que yo estaba enamorada de él me empezó a hablar más, enfrente de sus amigos. Parecía que la pena se le había quitado. Hasta que llegó un momento en el que él me confesó que me quería y que íbamos a ser novios cuando el momento llegara.

Yo estaba muy emocionada. Un día él me invitó a salir. Primero me dijo que me iba a recoger en mi casa. Justo cuando dio la hora en que me iba a recoger me mandó un mensaje y me dijo que estaba retrasado y que lo alcanzara en el restaurante.

Llegué y lo esperé por una hora y media, le mandaba mensajes y no contestaba. Ya hasta que me harté y me enojé me fui a mi casa directo a mi cuarto a llorar.

El siguiente lunes llegué a la escuela decidida en que no me había afectado el hecho de que Peter me había dejado plantada.

Entré a la escuela y me di cuenta que todos me veían. Una compañera de mi salón se acercó a mí y solo me abrazó. No entendí por qué lo hacía hasta que me enseñó una foto en su teléfono.

Era yo esperando a Peter arreglada y sentada en el restaurante. De descripción decía "lo que las desesperadas y urgidas hacen por un poco de atención, esperan hora y media a alguien que nunca va a llegar".

Cuando lo vi me puse a llorar, me sentí totalmente humillada. Me enojé tanto que fui a buscar a Peter y le empecé a gritar todas sus verdades, al parecer solo lo hizo por una apuesta.

Yo pensé que era de verdad mi amigo, pero desde que entramos a la secundaria me trató como basura. Todos no dejaban de molestarme, solo se reían de mí cuando me veían y murmuraban entre ellos.

Me deprimí tanto que me empecé a cortar las muñecas, mi mamá se dio cuenta y me mandó a un terapeuta. Nos recomendó mudarnos de ciudad. Nunca mencioné la razón por la que me cortaba y por eso el terapeuta nos dijo que dejáramos mi vida de aquí y que comenzara una nueva.

Yo pensé que ya estaba librada de Peter pero transfirieron a su papá para acá y se tuvieron que mudar. A mi mamá le dio mucho gusto que hasta hizo una comida y lo volví a ver, su mirada se convirtió fría y con odio. - le conté todo, me sentía liberada.

Estamos a nada de serlo todo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora