Cap 2: El Fantasma

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La leyenda del Tesoro del Rey Dorado (Narrado por Lewis Hightopp)

Hace mucho tiempo, mucho más de lo que se recuerda, Witzend fue reinado por un gran y poderoso rey, el Rey Dorado, el verdadero gobernador de toda Infratierra. Lo llamaban el Rey Dorado porque portaba la corona más brillante...más impactante...más poderosa de toda...

(Zanik P.O,V)

-Padre -interrumpí a mi padre mientras le contaba a sus nietos, Pimlick de cinco y Tarrant de dos la leyenda del Rey Dorado y su Tesoro mágico -Creo que te sobrepasate en describir esa corona -le dije mientras yo trabajaba.

-No, no, no, suena interesante -decía mi hermano Poomally, escuchando la historia en lugar de ayudarme -Sigue, padre, sigue.

-Sí, abuelo, sigue -decía entusiasmado mi sobrino Pimlick.

-"Sidgue" -balbuceó mi hijo Tarrant.

-OK -dijo mi padre continuando con la historia -Esa corona, la corona del Rey Dorado, provenía de un tesoro que con sólo observarlo, cada pieza, traerá e ilustrará lo que es el poder en cada mente.

-¿Qué poder, abuelo? -preguntó Pimlick.

-El poder de gobernar, el poder de liderar y el poder de reinar, pero era un poder tan fuerte que el rey tenía la mente muy débil para manejarlo y le dio la enfermedad de... Codicia y...Ambición y son enfermedades muy poderosas. Para mostrar ser el gran líder, usó todo ese poder para causar miles, pero miles de batallas con el fin de ser intimidante e interminable. Causó pánico, destrucción, baños de sangre, familias muertas, incluso usó a una bestia terrible como caballero: El Jabberwocky.

-¡No! -se austó Tarrant aferrándose a su abuelo, a él le daba miedo el Jabberwocky.

-Aquel malvado dragón dañó la mitad de Infratierra con su ardiente aliento de fuego, y con sus dientes que muerden, garras que rascan, causó imnumerables muertes. Fueron los días más oscuros de Infratierra...

-Padre -volví a interrumpir a mi padre -Creo que ya es hora de que...

-Zanik, ¿por qué carajos tienes que ser aguafiestas? -me dijo Pomally.

-No soy aguafiestas, soy realista -me defendía

-¡"Agufestas"! -balbuceó Tarrant riendo.

-Tarrant -le llamé la atención, pero mi padre reía.

-Eso es mi "Tormentita" -le dijo acariciándole la cabeza -Bien...¿en qué estaba? ¡Ah, sí!...Debido al poder que le ocasionaba la corona, el rey empezó a agonizar. Y para evitar que vaya ocurrirle lo mismo, su sucesor deshalojó el tesoro, hasta la misma corona y llevarlo a un lugar lejos del reino, aún en contra de su difunto padre. Así que el Príncipe Dorado, con los mejores hombres de la aldea fue a abandonar el tesoro en una isla desierta. Traicionado por su propio hijo, el Rey mandó a una banda de piratas.

-¿Piratas? -reaccionó Pimlick.

-¿Piratas? -reaccionó Poomally. Yo me dí una palmada en la frente.

-Esos embusteros destrozaron casi todo el barco, casi no hubo sobrevivientes, sólo el príncipe y un simple campesino, el campesino más humilde pero noble que se puedan imaginar. Su tatarabuelo: Regginal Hightopp. Él quizas no sabe de enfrentarse con piratas, con bandidos y con nadie, pero...

-Padre -los volví a interrumpir -Creo que es la hora de dormir.

-¿De qué hablas? Son apenas las diez, Nicky, ni los niños tienen sueño -dijo Poomally.

-¿Y qué está haciendo Tarrant? -señalé a mi hijo quien ya quedó profundamente dormido en el brazo de mi padre.

-OK, "Zanik-Olás", tienes razón -comentó Poomally -Ven, Pim, hora de dormir, tu abuelo debe descansar, mañana seguiremos escuchando la historia, ¡arriba, vaquero! -dejó que Pimlick montara en su espalda -Despídite de tu abuelo.

-Adiós, abuelo -se despidió Pimlick mientras subían a la escaleras.

-En serio, padre -le decía a papá cuando me daba a Tarrant y lo sujetaba y recostaba su cabecita en mi hombro -¿Por qué le metes en la cabeza a los niños esos cuentos bobos? -le preguntaba mientras subía con Tarrant.

-¿Cuentos bobos? Tu hermano tiene razón, Nicky, eres un aguafiestas -dijo mi padre subiendo atrás de mí -Y para tu información, gracias a esos "cuentos bobos", como tú los llamas, nosotros los Hightopp llegamos a ser mucho más que unos simples sombrereros, ser parte de la Historia de Infratierra.

-Bueno, bueno, tal vez con eso te entro en razón -dije entrando al cuarto donde Tyva, Tarrant y yo dormíamos, recosté a Tarrant en su camita, Tyva ya estaba dormida -Y eso que ni sabemos qué paso con Papa Reggi -dije nostálgico. Yo solía llamar a mi bisabuelo "Papa Reggi" -Casi ni me acuerdo de él.

-Eras sólo un pequeñito de un año cuando lo... -intentaba decir mi padre, pero se detuvo -No importa...bueno yo igual me voy a dormir -dijo, no antes de darle un beso a Tarant en su cabecita. Tarrant siempre ha sido su nieto favorito -Buenas noches, "Tormentita" -le dijo a mi Tarrant.

-Descansa, padre -le dije dejándolo entrar a su habitación.

-Igual, tú -me dijo -No te vayas a desvelar.

-Desvelar, sí, ¿cómo no? -comenté -Piratas...tesoros...la corona...Papa Reggi un héroe... -me burlaba del "cuento bobo" -Suena incríble pero imposible..."cuento bobo" -dije más incrédulo, volviendo al trabajo.

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(Tarrant P.O.V)

Eran las 3:33 de la mañana. Estaba dormido, yo tenía dos añitos, sin embargo algo me despertó, algo que estaba abajo, en el taller de papá, con mucha dificultad me levanté de mi cama, sin despertar a mi madre, salí del cuarto y comencé a bajar en la escalera, ahí estaba papá, se quedó dormido en el escritorio, por trabajar demasiado, pero eso no me llamaba la atención...era una lucecita, una luz flotante, pequeña y blanca. Me acerqué a la luz, y con sólo dos añitos, presentí en ella una extraña energía, energía vital, ya supe que era...Un fantasma.

-Hola -balbuceé al fantasmita, no me daba miedo, más bien curiosidad. El fantasma se acercó y topó en mi mejilla, me hizo cosquillas, reí. Y comencé a jugar en alcanzarlo. El fantasma abrió la puerta principal y salió de la tienda, yo lo lo perseguía correteando y riendo. Mi padre despertó -En la madre -dijo al darse cuenta que se quedó dormido en el trabajo -¿Qué..."aaaww"...hora es? -se preguntó bostezando, hasta que me oyó reír y corretear afuera.

-¿Tarrant? -reaccionó al verme afuera en la calle.

Yo seguía corretenado y riendo, como si jugara con alguien invisible.

-¡Tarrant, espera! -dijo saliendo de la tienda -¡Tarrant! -me detuvo -¡Tarrant, no hagas eso! ¡No vuelvas hacer eso! -me regañó, pero yo estaba alzando mis bracitos, como si trataba de alcanzar algo. Mi padre observaba -¿Qué es, Tarrant?... No hay nada.

-"Vantasma"-balbuceé.

-¿Qué?

-¡"Vantasma"!

-¿Fantasma? -entendió mi padre, mientras observaba a su alrededor -No hay ningún fantasma, Tarrant -me dijo -Creo que fue tu imaginación...ven -me cargó para llevarme a la casa -Vamos a dormir, para que mañana hagamos sombreros bonitos para cabezas bonitas.

Yo seguía estirando los brazos para encontrar aquel fanasma, pero ya me di cuenta que se había ido.

¿Era un fantasma de verdad, o quizás sea mi imaginación como dijo mi padre? Hasta él mismo se lo preguntaba.

Wonderland: La Mision HightoppDonde viven las historias. Descúbrelo ahora