Juegos de Seducción (Kaylor)

Capítulo 10

Los tres bajaron y subieron al auto de la castaña que los llevo a una agencia de autos de lujo, donde ella compraba sus autos y los mandaba hacer a su entero gusto.

- ¿En serio quieres regalarle un auto?
- Siempre anda en taxi o caminando y no quiero que lo haga más – Dijo Karlie
- No, lo que Toni quiso decir es ¿Estás segura que ella va aceptarlo? – Dijo Derek mirándola
- Bueno... Tiene que, yo he aceptado todos sus regalos – Sonrió
- Bueno si Karlie pero son detallitos, no tan enormes como los tuyos – Sentenció Toni
- ¿En serio? – Les mostro su dedo
- ¡Wow! ¿Y esto por qué fue? – Dijo Toni asombrada y tomando su mano
- Con esto me pidió ser su novia oficialmente – Sonrió
- ¿Estás hablando en serio? – La miró Derek sorprendido
- ¡Sí! – Dijo feliz
- Vaya Karls, no sé qué decirte, mi pequeña hermanita está creciendo y cambiando siendo realmente quien es, estoy feliz por ti – La abrazo
- Gracias Derek – Lo abrazo fuertemente

Tras un largo rato de estar viendo autos y una batalla incansable por cual le gustaría más a la rubia lograron decidirse y dejar todo listo acordaron llevarlo a la fiesta y de ahí fueron a comer.

- ¡Quiero que me cuentes todo! – Sonrió Toni
- ¿Todo? ¿En serio todo amor? A mí no me apetece saber sobre la vida sexual de mi hermana – Hizo un gesto de horror
- Omitiendo eso claro está – Miró a Karlie
- De acuerdo – Suspiró

La castaña les contaba todo lo sucedido en el viaje omitiendo obviamente los detalles en su vida sexual sólo les dijo que hubo una pequeña pelea y que todo termino por fortuna bien, cuando el móvil de la castaña replico.

- Hola mi amor – Respondió Karlie sonriente
- Ay si hola mi amor – Se burló Derek
- Cállate tonto – Sonrió Karlie
- ¿Dónde estás? Creí que estarías en casa como dijiste
- Bueno si, pero... Me habló Toni y vinimos a comer ¿Quieres alcanzarnos?
- Me encantaría mi vida, pero estoy muerta camine por horas y... No te preocupes amor, aquí te espero salúdame a Toni y a Derek y dile a ese tonto que si se sigue burlando yo lo haré con él
- De acuerdo yo le doy el mensaje – Sonrió
- Cuídate y no llegues muy noche
- No, ya en un rato más voy te mando besos, bye amor – Colgó
- ¿Tan poco de novias y ya le mientes? – La miró Derek
- No podía decirle: "Lo que pasa Tay es que fui a buscarlos para comprarte un regalo para tu fiesta sorpresa" ¿Verdad? – Lo miró seria
- Karlie tiene razón – Corroboro Toni
- Ahí lo tiene señor Blasberg – Le sacó la lengua

Los tres rieron y siguieron charlando tras unas horas más Karlie los llevó a la oficina para que ambos recogieran sus cosas y de ahí se fueran a casa y volvió a su apartamento donde su rubia la esperaba, abrió la puerta y entro a la sala, no la vio y entró a la cocina pero tampoco la encontró.

- ¡Tay! – Gritó subiendo a la habitación – ¿Dónde estás Tay?

Tampoco la encontró y eso la sorprendió de sobremanera si había dicho que la esperaría buscó por toda la parte de arriba pero no la encontró así que regreso abajo y sonrió ¿Cómo no lo había pensado antes? Si amaba ver el televisor y desde que había redecorado la sala de televisión a su antojo y placer se la pasaba metida ahí, corrió hacía esa habitación era una de las habitaciones más espaciosas la rubia la había remodelado a su gusto y hasta a la castaña le gustaba el estilo tenía la pantalla más grande existente, el equipo de sonido más fiel, tenía una mesita de centro para las botanas, más allá una máquina para hacer palomitas ella había creído que era una exageración, pero la rubia estaba encantada con eso, había también unas consolas de videojuegos, una chimenea para cuando hiciera frío, tenía tres sofás reclinables muy cómodos y espaciosos y en medio de dos de los sofás había una especie de cama hecha con puros cojines suaves todo el lugar era en blanco y negro, en efecto la rubia estaba ahí recostada en la improvisada cama completamente dormida y la castaña sonrió, observo que tenía la pantalla encendida, y había estado viendo los pequeños videos y las fotografías tomadas por ella en el fin de semana se sentó junto a ella y le acarició la mejilla.