Días Felices

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No se cuando una persona pueda decir exactamente que ha sido feliz.

Un autor que sigo desde hace un par de años, dijo que una persona es feliz cuando ya no desea nada. Algo que, en mi opinion, contradice la escencia humana.

Desear, en parte, nos mantiene vivos, nos hace tener un proposito y una "vida". Pero, la afirmacion de este escritor, podria explicar porque ser feliz es tan complicado e inalcanzable.

Estos días libres de presiones, trabajo y obligacion; contrastan con la mitad del año que ha pasado ya. Me parece casi irreal el hecho de tener tanto tiempo de ocio, como si de alguna manera, fuera otro tipo de persona  la que escribe estas lineas.

No tengo que ir de nuevo a esas aburridas horas, no me arreglo tempranísimo para acicalarme mientras me miro en el espejo y pienso en la persona que tendre que ser por las siguientes 8 horas; ya no regreso hecha un desastre, pensando en los pendientes y la mala imagen que proyecta mi frecuente mal humor.

Ahora, estos dias se me antojan felices. Claro que, como ya mencione antes, no se exactamente que es la felicidad, pero si se que siento algo muy apacible, agradable y apaciguador en mi. Puedo pasar mucho rato mirando el techo de mi habitacion, vaciando mi mente; cosa que era impensable hace unos meses. Me siento tranquila, y eso le confiere un aire extraño a mi vida.

Estoy en el unico sitio que considero seguro. No soy ningun personaje, no existe el temor de ser espiada y atacada; dentro de esta pasividad me limito a disfrutar mucho, mirar a la gente continuar con su vida desde la comodidad de mi ventana y preguntarme como es que visualizan sus propias vidas.

Me pregunto si en el futuro tendre mas dias como estos. Dias en que disfrute el simple hecho de respirar tranquilamente recostada en mi cama, escuchando el bullicio que producen ciertas horas y el silencio abrumador consecuencia de otras. Me pregunto si asi se siente la ancianidad o el aburrimiento juvenil, quiza sea una vista a la tan anhelada pausa en la adultez.

Estas horas de calma me parecen una fantasia. Si apago el reproductor de musica, no se escucha nada mas que mi respiracion acompasada, el sonido del viento que de a ratos golpea los arboles aledaños y uno que otro auto o animal que emite un sonido que luego se extingue. La oscuridad es casi total, a veces parece interrumpida por las aves bulliciosas que aprovechan cualquier pausa para hacerse notar. No logro distinguir bien cuando ya he cerrado los ojos, pues cualquier color queda opacado en las noches. La oscuridad me aterra, por eso veo la sombras amorfas que proyectan las luces artifiales del edifico de enfrente, pero que se pierden en cuanto cambio de posicion. Toda la noche parece descanjada de la ciudad que vive escandalosamente en el dia; se siente como estar en otro lugar, asi como yo me siento otra persona.

Ojala tenga mas de estos dias felices en el futuro, pues a pesar de toda la belleza que siempre me jacté de encontrar a mi alrededor, la sombra del horror y la fealdad asechan en todas partes, como para recordarnos la dualidad en la que siempre hemos vivido. Vivimos a flor de piel, pero siempre con precausion de todo el mundo, porque nada es lo que parece. Por eso, quiero muchos mas de estos dias felices, dias que me hagan recordar la pequeñez que siento ahora, la pasividad tan ajena a mi pueblo y el silencio reconfortante de, por lo menos en esos momentos, no desear nada.

Contando OvejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora