Moon: el hechizo del amor

Antes de la tormenta

La brisa suave y el cálido sol de la tarde era la mejor sensación del mundo, el cielo de un fino tono celeste difuminado como las acuarelas del lienzo que estaba frente a ella. todo era simplemente encantador y la cristalina agua de la cascada que desembocaba en el río de los sueños era la cereza del pastel, sin duda alguna aquel cuadro iba a ser la obra maestra de Jeniffer. Ella había dedicado todo el día a dejar llevar sus dedos a través del lienzo mientras los colores tomaban vida y llenaban hasta el mas escondido espacio en blanco tratando de copiar a la perfección el escenario que se mostraba ante ella..

-he! Jeni!

No la escuches, termina tu trabajo no lo arruines ahora. 

-JENI!

No mires a esa cotorra, si cruzas tu mirada con ella no habrá forma de que se calle y no quieres eso.

- ¡JENIFFER SOMNIANIX CONTÉSTAME JOVENCITA!- mierda

-¿¡que quieres!?- dije dejando de pintar y volviéndome a mirarla enfadada.

-¿¡ esta es la forma de hablarle a tu madre?!- dijo en mi mismo tono colocando sus brazos como una jarra.

La mire durante unos segundos antes de darme cuenta que efectivamente era mi madre y otro de sus hechizos para desaparecer las arrugas su larga cabellera dorada suelta y usaba su típico vestido sin mangas verde que combinaba con el verde petroleo de sus ojos. 

- Vale lo siento...¿ necesitaba algo madre?- dije de la forma más educada posible.

- no, ahora ya no quiero contarte- decía mientras hacia puchero con el labio inferior sobresaliendo de modo infantil, aveces me preguntaba quien de las dos era realmente la mayor.

- o vamos mamá- no me gusta verla molesta así que no me queda de otra que rendirme- realmente quiero escuchar la cotilla de hoy

-¿cotilla? ¿estas insinuando que yo soy una chismosa?- dijo mientras llevaba una mano a su pecho en modo de indignación- nunca lo espere de ti hija, de tus hermanos si, de tu padre quizás pero no de ti- dijo fingiendo estar dolida

- lo siento, lo siento- dije revoloteando los ojos ante su drama- ya cuéntame que me estoy intrigando- ¿que? soy chismosa y no lo niego.

- bueno ya que insistes, te contare lo que hice hoy- una sonrisa traviesa surco su rostro- invite a la familia Sidereumnox a cenar

Mis ojos se abrieron como platos y limpie mis oídos con un trozo de papel para asegurarme que estaban limpios.

- madre podrías repetirlo ¿por favor?- dije aun incrédula a sus palabras anteriores- ¿que dices que hiciste hoy?

-hay cariño, dije que hoy vienen a cenar los Sidereumnox- dijo dando saltitos mientras aplaudía- ya sabes que con Erica hemos sido amigas de toda la vida pero yo me case con tu padre, ella con Roberto y hasta ahí llego nuestra amistad-dijo mirándome con una sonrisa nostalgia- solo queremos que nuestras familias se lleven bien.

- ¿y papá sabe de esto? - pregunte con la esperanza que el supiera todo y no se armara una grande cuando nuestros rivales se presentaran a cenar- dime que se lo dijiste antes de venir a informarme.

-Puees- arrastro la palabra con timidez - estaba pensando que podrías acompañarme a decirle, ya sabes como es tu padre y no quiero estar sola cuando le diga.

Estire mis manos hacia el cielo como si esperara a que algo, lo que sea, me tomara y me llevara lejos de ese lugar a uno más seguro donde la mini-guerra que se armaría en nuestra casa no llegara, sin duda hoy no iba a ser un día pacifico. Cuando me resigne a que eso no sucedería comencé a recoger mis cosas solo para darme cuenta que había terminado la pintura, al menos algo bueno antes de la tormenta.

- bien - dije suspirando y dedicándole una sonrisa cansada - vallamos a casa

-sabia que podía contar contigo cielo- dijo mientras se ponía a caminar a mi lado- tu haces que todo salga bien 

Eso es lo que siempre me decían pero esta vez no estaba tan segura ya que de camino a casa el recuerdo de aquel chico que no había vuelto a ver en años me ponía la piel de gallina, esta vez la que perdería los nervios seria yo y eso podía asegurarlo.