Sin palabras

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El camino a casa fue una verdadera tortura entre los recuerdos de aquel chico y el pánico de lo que se veía venir durante la cena si es que su padre cedía ante su bella esposa, lo cual le rezaba al gran dios de las chicas con madres locas que invitaban a los enemigos de la familia a cenar . Cuando llegamos a casa dejamos los caballos en manos del cuidador y nos dispusimos a entrar, las grandes puestas de roble se abrieron de par en par dándonos el paso a nuestro espacioso vestíbulo.

-¡Cariño!- grito mi madre corriendo a los brazos de mi padre mientras este la alzaba como si fuera una pluma.

-¿pero quien es esta mujer tan joven y hermosa?- pregunto él dedicándole una mirada llena de cariño a su esposa- que lastima que no este soltero

- ¿a no?- pregunto ella alzando una ceja- ¿es que acaso ya tiene pareja?

- exacto, y es la mujer más hermosa del mundo- respondió sonriendo- si viviera mil veces me casaría con ella las mil sin dudarlo

mi corazón se hincho al verlos decirse esas cosas, siempre lo hacían cuando tenían la oportunidad y eso me hacia querer un matrimonio como el suyo, lleno de amor y confianza. De niña siempre soñé con encontrar un hombre que me amara como papá ama a mi madre y a pesar de todo nunca me he sentido atraída a ningún chico que haya conocido, bueno a excepción de uno en particular.

-cariño- dijo mi madre en voz alta - sabes queríamos hablar contigo sobre algo - sonrió mientras me miraba

-ugg si las mujeres quieren hablar es porque algo serio pasa- dijo sonriendo pero al notar el nerviosismo de mamá y mi cara de "ten cuidado de lo que le digas a mamá" se la borro de inmediato- querida ¿que hiciste ahora?

-pues veras, es una historia graciosa y

-mamá invitó a los Sidereumnox a cenar- dije soltando todo de una vez lo que hizo que mi madre me matara con la mirada

-que hiciste.. ¡¿que?!- grito mi padre mientras su rostro se ponía blanco como la leche- ¡¿como pudiste hacer eso?!

- pues, me encontré con Erica el otro día e intentamos odiarnos pero nos echábamos tanto de menos-decía mientras sus ojos se cristalizaban y la voz se le quebraba- que solo queríamos ponernos al día y ser como antes - soltó las lagrimas contenidas y lloro logrando que su esposo suavizara la expresión de su rostro y le dedicara una bella sonrisa de consuelo.

-cariño ¿estas segura que esto es lo que quieres?- susurro suavemente mientras ella asentía con la cabeza- pues si eso es lo que deseas, correré el riesgo de cometer un asesinato en mi casa pero todo sea por ti cielo

Al escuchar esto mi madre salto feliz sobre los brazos de mi padre mientras yo me ponía de piedra y, como si hubieran sido invocados, todos mis hermanos salieron de la nada.

-Jeni, tengo el presentimiento que algo malo pasará - dijo nuestro hermano mayor Alex mirándome desde arriba pude sentir su preocupación- he ¿estas bien? tu rostro esta pálido y...

-chicos - dijo nuestro padre llamando la atención de todos- prepárense para esta noche recibir vistas y - hizo una pausa para mirarnos amenazante a cada uno de nosotros- sin importar quienes sean y que hagan, no quiero matanzas ni destrozos en esta casa

Por lo visto mis hermanos entendieron lo que pasaba puesto que abrieron los ojos como platos y todos miraron en mi dirección esperando a que yo les asegurara que no era lo que ellos creían, pero para nuestra desgracia todos llegaron a la misma conclusión y, para peor, estaban en lo cierto.

- ¡sin palabras!- grite mientras con un giro de mi mano me tele-transporte a mi habitación

Moon: el hechizo del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora