II

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Todavía son las tres de la madrugada. Me acabo de despertar y no pego ojo.

Estoy muy nerviosa por la fiesta.

Aún no sé bien quienes irán.Espero que aunque no vayan todos, vaya la mayoría.

Al fin conseguí conciliar el sueño, y ya son las once de la mañana.

¡Noooo!- pensé en voz alta.

No pueden ser las once ya. He de ir a la peluquería para arreglarme para ir a la fiesta.

Salgo de la peluquería, miro el reloj y me asusto.

He estado ahí metida tres horas y media con esos tubos horribles de plástico puestos en la cabeza.

Son las dos y cuarto de la tarde, tan solo quedan dos horas y media para que comience el gran momento.

-¡Mamáá! No encuentro el vestido.

Mi madre sube corriendo las escaleras y entra en mi cuarto con el vestido y los zapatos en la mano.

Ya estoy vestida, me miro en el espejo y escucho una voz detrás de mi:

-¡Estás fabulosa, Audrey!

Me doy media vuelta y veo a una chica alta, de melena rubia de ojos azules, con un vestido de color azul turquesa, a juego con los zapatos.

-¡¡¡Amber!!!-Grito de la emoción.

Fui corriendo a abrazarla.

-¡Sabía que nos volveríamos a ver!

Los dieciocho años que tanto esperéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora