Entrenando a tu novio | JaeDo

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-Gracias- se detuvo en seco el delgado.

YoonOh solo negó.

-Lamento lo presenciado- el mayor sonrió amargamente.

-No se angustie presidente de mi boca no saldrá absolutamente nada.

El castaño asintió un poco más aliviado –Puedo seguir solo de aquí en adelante- murmuro con un atisbo de incomodidad que su menor noto cuando DongYoung desvió la mirada.

El mayor se giró y a tan solo unos pasos se devolvió –YoonOh- llamo al menor quien seguía en la misma posición divisando su partida –un último favor- el menor asintió –cuida de Ten- ofreció una sonrisa fugaz al pelinegro y retomo su camino dejando a un confundido YoonOh viendo su espalda achicándose a la distancia.

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-Joven Jung- apenas era la primer clase y ya era de nuevo el foco de todas las miradas a su alrededor. De verdad odiaba eso. Sin más opción se puso de pie –Acompáñeme- y tan solo basto aquellos para seguir al prefecto hasta la sala de maestros.

-Ahí vienen- el chico escucho las voces de diversos profesores murmurar ante su aparición.

-¿Es cierto que ayer por la noche acompaño al presidente Kim a su hogar?- todos en el salón le miraban fijamente, definitivamente aquello no era de su agrado.

-No exactamente- atino a decir apretando con sus sudorosas manos el costado de su impecable uniforme.

-Explíquese YoonOh- la subdirectora Kwan sentencio secamente.

-Solo deje al presidente unas cuadras cerca de la parada del autobús.

-¿Esta seguro?- cuestiono ahora su asesor, el profesor Soon.

El pelinegro asintió confiado.

-Definitivamente esto no pinta bien- murmuro la subdirectora frotándose las sienes.

-¿Podría saber que sucede?- se atrevió a preguntar el curioso chico de piel pálida ganándose la atención de los mayores.

-Kim DongYoung está desaparecido.

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Todos parecían no darse cuenta de la ausencia de su superior, absolutamente nadie. La charola del almuerzo seguía totalmente intacta, no tenía apetito. La culpabilidad lo carcomía lentamente, si tan solo no lo hubiese dejado irse solo.

Un toquecillo en su hombro lo saco de su ensimismamiento al instante.

-Disculpa- una tenue voz le llamo. Vaya sorpresa que se llevó al ver quien se hallaba a su lado.

YoonOh salto inmediatamente de su asiento reverenciando en automático -¿le puedo ayudar en algo?

El chico de cabellera color caramelo asintió -¿Sabes algo sobre DongYoung?

El menor bajo la mirada quedándose en completo silencio.

-Entiendo- el alto dejo escapar un suspiro –si sabes algo contáctame inmediatamente –el mayor le extendió una pequeña tarjeta roja, el blanco la tomo temerosamente observando cada detalle de esta mientras el desconocido se marchaba deteniéndose dos pasos después –por cierto mi nombre es Johnny. Fue un placer Jae- el menor se petrifico en su sitio al oír su nombre, ¡Ese nombre! ser pronunciado por aquella persona que jamás antes en su vida había visto.

Al darse cuenta del río de gente desapareciendo por las puertas de la cafetería decidió que también era tiempo de dejar el sitio al igual que el resto de los alumnos.

Tenía hora de estudio, más sin embargo no asistiría, como Vicepresidente y ante la ausencia del mayor toda la responsabilidad del cargo declinaba en él. Por esa razón era que era la cabeza del instituto ahora.

Después de recibir la noticia fue imposible sacar de sus pensamientos al joven delgaducho de frágil carácter. Era débil, YoonOh lo sabía, lo supo no hace más de unas horas antes.

Un prolongado suspiro salió desde lo más hondo del menor justo antes de entrar a la sala del consejo estudiantil.

Jodida manía la suya de no llamar la puerta antes de entrar.

Es corto, lo sé y les ofrezco una disculpa pero les juro que los estudios me consumen. Me veo todas la mañanas al espejo y me pregunto en que me he convertido :'v 

En fin. Espero que disfruten de este pequeño y asqueroso capitulo ;---; les prometo mejorar la redacción  de los siguientes capítulos y también actualizar diario en estos días antes de mis exámenes.

Besos, abrazos y buenos deseos pequeños pimpollos. Los adoro. ^^