La canción que siempre me cantabas:
"Oh baby baby, it's a wild world."
Me llenaba de vida.
Me abrazabas los domingos por la tarde,
nuestro sillón era testigo de un amor.
Me llenaba de alegría.
Y seguías cantabando a mi oído,
casi en un susurro
decías mi nombre
como si no estuviera,
nos transportabamos hacia la noche
que nos conocimos.
Yo no sé por qué
me encantaba tu voz, tu cuerpo,
tu mirada, tu sonrisa,
tus lágrimas.
Sabías que lloraba
y cuidadas mi alma.
"Yo no sé por qué razón si somos lo mismo, aunque seamos dos".
Cantabas cada domingo,
a mi oído
sin saber que
te estabas despidiendo.
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No era amor.
Poesía"Quizá no era amor, tal vez, era esa pequeña necesidad de sentir algo diferente. Algo que marcara mi vida por un momento"