¡Te maldigo, Salomón!

De como debí haber especificado mejor mi deseo

Nota de Autor

Personaje hablando en español: "*En el cielo las estrellas*..."

Personaje pensando: "En el campo un avestruz..."

Personaje hablando el 'idioma común': "Y en el medio de tu pecho..."

Escena de recuerdo o relato: "Un grano lleno de pus..."

Antes de comenzar, quiero aclarar que el narrador cambiará frecuentemente a lo largo de los capítulos y de la historia en general.

Espero disfrutes de la lectura.

Fin de nota.

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Si me preguntaras la razón por la cual termine en este embrollo, te diría que sin duda alguna fue culpa de mi estupidez. 

¿Que? ¿Creíste que por ser protagonista de mi propio Isekai no podía admitir cuando me equivoco? Pues no. Admito que fue total y completamente mi culpa que terminara en esta horrible situación.

Para estas alturas quizás ya te estés preguntado, ¿Pero de que diablos habla está lunática?

Pues bueno, ya que insistes, te contare mi historia hasta ahora. Es algo larga, pero creo que tengo tiempo hasta que preparen la horca.

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Todo comienza en una tierra muy, muy lejana. Un lugar olvidado por Dios, donde el Wifi apenas llega, y donde el sol es tu peor enemigo. No es que me queje del país en general, ¡Pero vamos! Si vas a vivir en un pueblo en medio de la casi nada, al menos podrías esforzarte en poner mas sombra.

El hecho es, que mis padres me querían fuera de la casa, lejos del Internet y todas sus maravillas, porque según sus palabras "Si bien no estamos en contra de que te tomes un año sabático antes de la Universidad, nos preocupamos que te conviertas en un vampiro por estar tanto tiempo en la oscuridad. Una jovencita de tu edad debería salir más, conocer a otras personas ¡Salir al sol sin temor a convertirte en cenizas! Para variar."

Se que su argumento suena cliché, pero el lugar al que me llevaron era todo menos eso. Y honestamente, hubiera preferido que fuera un lugar cliché como Nueva York, Inglaterra, Disney World, ¡O Las Vegas! Tengo casi la edad legal para apostar... casi.

En su lugar, eligieron ir a Turquía. Salvo por que no entendería nada de lo que dijeran o escribieran ¡Yo estaba bien con eso! En realidad, incluso estaba un poco emocionada. Después de todo, ese era el hogar de una buena parte de las novelas que le gustan. Con un poco de suerte su deseo de pubertad se haría realidad.

Madrugar fue duro, sobre todo luego de acostumbrarse a despertar pasado el medio día. Correr a toda prisa haciendo cosas de último minuto fue más duro. ¿Subir al avión luego de haber visto Destino Final? Prácticamente imposible, gracias a Dios por las pastillas para dormir. Aunque no me olvide de rezar cinco 'Padre nuestro' y pedirle su bendición a la anciana sentada junto a mi.

Diría que el vuelo se me hizo eterno, pero para mi fue tan rápido como abrir y cerrar los ojos, jaja chistes de dormidos. Lo que no fue rápido fue dar vueltas por todo el aeropuerto en busca de nuestras valijas, tampoco fue divertido tratar de explicar con caras y gestos a un oficial de policía que pensó que éramos personas sospechosas.

No lo juzgo, yo también pensaría lo mismo si viera a un hombre alto y fornido con cara de traficante llevar casi a rastras a una mujer rechoncha que sujeta de forma sospechosa un bolso y a una adolescente que parece casi drogada.