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Una fiesta, Erick Calder organizó una fiesta en su casa por la victoria de Los Pumas Basquetbolistas.

Qué además, fue lograda por Brandon Flynn.

Aún no sé cómo es qué estoy aquí, Paige me trajo a Miles y a mí, con él propósito de divertirnos, él problema es que hacíamos de todo, menos eso.

Ya estaba bebiendo mi cuarta cerveza, justo cuando Miles llegó hacía mí.

—Esto es aburrido.

—¿Sabes?, estoy de acuerdo contigo, esto no es para nada divertido.—reí.

Ahora que lo veía bien, además de su raro pero lindo color de cabello rubio, tenía unos hermosos ojos azules, junto a un arete en su nariz.

Era delgado, sí.

Pero era muy divertido cuando sé lo proponía.

—¡Hey, Alice!

Giré confusa hacía la voz masculina, estaba un poco ebria para reconocer la voz de alguien en estos momentos.

Me encontré con Brandon en la esquina, moviendo la cabeza a los lados al compás de la música y sonreí.—Hola, Flynn.

—Hola, Murphy. —río, al parecer estaba igual de borracho qué yo.—¿Qué te parece si bailamos, eh?.—preguntó coqueto, asentí y justo cuando iba a tomar su mano, mi celular comenzó a vibrar.

—Espera.

Salí de la casa, y me alejé lo más posible de la musica alta para atender, cuando ya no sé escuchaba nada contesté.—Hola mamá.—suspiré.

—Necesito que regreses a casa, surgió una emergencia con él trabajo de tú padre y debemos irnos en media hora.

Mis padres, parecé que son los únicos de los que no eh hablado.

Mamá es escritora, y papá abogado; quién en estos momentos esta en un caso de acusación en asesinato.

Por lo que le están pagando bien, así qué sí.

Mi vida es la mejor.

Jordan y Emily, mis hermanos de 10 y 5 años.

Ellos son los pequeños por los que daría la vida siempre, lo único que quiero de verdad.

Bufé mirando quién me pudiera llevar, y por supuesto.

Es como sí él me hubiera escuchado.

(...)

—Llegué.—grité llegando a la puerta, abrazada del pecho de Caleb, me había puesto un poco borracha después de todo.

Mamá bajo las escaleras corriendo, mientras Papá se levantaba del sofá.

Acomodé mi postura correctamente y sonreí.—Mamá te agradecería mucho sí no llegarás tarde.—hablé hacía ella, quién vestía elegante y perfecta, como siempre.

Ellos eran los padres perfeccionistas, y gracias a ellos yo tenía unas muy buenas notas y un comportamiento adecuado.

Aunque claro, en los gustos todos eramos distintos.

—No responderé a eso, Alice.—contestó mi madre exhausta, mirando hacía Caleb.—Hola, Cal.—lo saludó, dándole un beso en la mejilla.

—Hola, señora Mary.—saludó.—Señor John.—esta vez saludó a mi padre, quién asintió hacía él, mientras salía de casa.

—Jordan y Emily están dormidos, pero de todas formas debes estar pendiente de ellos, volveremos en unas horas, quizás.—Habló acercándose a la puerta mirándome.—Y ya no bebas más Alice, o tú padre y yo nos aseguraremos de que estés él resto de tus días castigada.—regañó finalmente saliendo.

Me senté en uno de los sofás, mirando de pies a cabeza a Caleb, quién no dejaba de mirarme incómodamente.

—¿Qué?.—Bufé cerrando los ojos mientras recargaba la cabeza hacía atrás, cansada.

—¿Flynn?, ¿En serio?.—cuestionó molesto,    mientras yo fruncí él ceño mirándolo desconcertada.—Brandon Flynn, ¿Porqué él?

—¿Porqué qué?. —Arqué una ceja.

—Pensé que no te gustaban los atletas.

—Brandon no me gusta.

—¡Pero es notable qué a él sí!.—gritó.

Lo miré desconcertada, ¿Yo gustarle a él?... Nah.

—Sí piensas quedarte en mi casa para gritarme cosas falsas, creó qué lo mejor es qué te vayas.—hablé en tono serio.

Él me miró decepcionado y triste, sin decir una sola palabra, saliendo de mi casa de un portazo.

Todo era raro ahora.

Why Me? →Brandon Flynn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora