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Él juego había comenzado hace media hora, ambos equipos llevaban la misma cantidad de anotaciones.

Brandon estaba enojado, intentó meter la pelota en la canasta dos veces y la misma persona del equipo contrario lo derribo antes de.

Trataba de animarlo gritando su nombre un par de veces, incluso para hacer que se olvidará de su rival, pero me ignoraba.

Y eso dolía.

Bajé de las gradas para al menos intentar que con un beso su enojo disminuyera, pero él igual seguía ignorándome.

Erick y Nathan si me notaron, y me saludaron.

A lo lejos vi a Caleb, quién me miraba mientras se acercaba a dónde estaba yo.

—¿Tú que haces aquí?

Él sonrió de lado y miró hacía la cancha.—Vine por una apuesta con Erick.

—¿Qué apuesta?

—Él apostó que los Pumas Basquetbolistas ganarían, y bueno, yo aposté lo contrario.

Un punto más del grupo contrario.

—Tienes suerte.—me burlé, al instante escuchando una breve carcajada.

—¿Tú que haces aquí, Al?

Giré a mirarlo cruzada de brazos, y hablé. —Sobre eso, Cal...

—¿Flynn?.—Cuestionó, a lo que asentí tragando saliva.

—Tenías razón, y yo... Lamento no haberte creído.—hice una mueca acercándome a tomarlo del brazo.

Él me miró serio para después formar poco a poco una leve sonrisa ladeada, segundos después rodeandome en sus brazos, para hacer de nosotros un cálido abrazo.

Noté como Brandon nos veía, por fin se había dado cuenta de mi presencia.

—¿Sabes?, no es bueno que estés con él.—habló, alejándose pocos centímetros de mi.

—¿Porqué?

Él suspiró, alejando sus manos de mi cintura al mirar a Brandon fulminándolo desde lejos.

Casi como si quisiera llorar del coraje.

—¿Aaron te contó de lo mujeriego que Flynn era?.—fruncí él ceño y negué.—Alice, yo puedo tratarte mejor de lo que él puede hacerlo, sabes que no soy mujeriego, y me conoces mejor de lo que puedes conocerlo a él, solo te pido que te alejes de él.

Quedé en completo shock, ¿Yo era la persona con la de Caleb quería estar?, ¿Es una broma?, ¿Porqué?

Siempre lo había querido, en momentos pensaba que él también, y no como amigos.

Paige me había dicho que él estaba enamorado de alguien, y él nunca me lo contó, eso fue lo más triste, pero...¿Yo?

¿Yo era esa persona?

—¿Porqué me dices eso ahora que Brandon es mi novio?.—cuestioné.

Él se quedó quieto ante mi pregunta, lo había tomado por sorpresa.

¿Novio?, ni siquiera sabía si eso era lo que él pensaba.

¿Hice bien en mentirle a mi mejor amigo?, si bueno, no tengo idea.

Brandon salió de la cancha y se acerco a mí, tomándome de la cintura, para acercarme más a su cuerpo sudado.

—¿Te esta molestando, nena?. —preguntó en voz seria.

Era bastante obvio que estaba muy, pero muy enojado.

—No, para nada.—contesté. —Sólo hablábamos.

—¡Flynn vuelve a la cancha!.—gritó él entrenador.

Brandon apretó la mandíbula en señal de enojo e irritación, para después depositar un beso en mi frente y caminar lento, nuevamente a la cancha.

Miré a Caleb en desaprobación, para empezar a caminar hacia la salida.

Ya no tenia humor de nada, ni siquiera de ir a la fiesta que se organizaría si los Pumas ganaban, aunque era demasiado obvio que eso ni sucedería.

—Alice.—me llamó ya estando en los pasillos.

Giré hacía él disgustada, cruzándome de brazos y mirándolo triste. —¿Si?

—Si no puedo tenerte por las buenas...—pausó. —Será por las malas.

Dicho esto, se adentro nuevamente al partido, y yo volví a hacer mi camino al auto que mi padre me había prestado.

No estaba de humor, nuevamente.

Me recargue en él volante cerrando los ojos, mientras pensaba.

Caleb... No seria capaz de hacer algo malo, ¿O sí?

(...)

—¡Ali, ve y abré la puerta!.—ordenó mi Madre.

—Voy.—bufé, por lo que camine hacía la puerta en contra de mi voluntad, y abrí.

Un Brandon Flynn, cargando un ramo de rosas estaba parado frente a mi, al parecer tampoco estaba de humor, pero al menos trataba de fingirlo con una gran y falsa sonrisa.

—Hola.—saludé y lo dejé entrar.

—Hola.—plantó un corto beso en más labios y se detuvo frente  a mi.

—¿Son para mi?.—fruncí él ceño, apuntando hacía él ramo de flores.

—No, no realmente. —rió.

¿Qué?

—Esto si es para ti.

Me entregó una caja negra, y pequeña, la cuál acepté y abrí al instante.

Un collar con un corazón flechado era lo que había dentro de la caja.

Lo miré boquiabierta y su sonrisa se amplió.

—Alice, ¿Quién tocaba?.—preguntó mi mamá, bajando las escaleras.

Al ver al ojiazul parado frente a mi, con una caja en la mano y un ramo de flores se quedó quieta, a muy poco de tocar él piso plano.

—¿Estas aquí para proponerle matrimonio a mi hija?.—Cuestionó ella molesta, asombrada e incrédula.

—Eso quisiera, Señora Murphy.—soltó una risilla nerviosa y a la vez traviesa.—Pero solo vine a dejarle eso a su hija.—señaló él collar.—Y esto a usted, por traer a una persona tan perfecta como ella al mundo.—dijo y se acercó a entregarle él ramo de flores, ella quedó impactada, mirando entre él ramo de flores, Brandon y yo, cada 5 segundos.

—¿Esto es un sueño o algún tipo de broma?. —preguntó.

Ambos reímos mirándonos fijamente y mi mamá nos miró incrédula.

—No, mama.—negué mirando él collar.—Cierto, él es Brandon Flynn mi...—pause mirándolo y esperando una respuesta por su parte, quizás aclararía lo que él piensa sobre nosotros con lo que yo pienso, pero no lo sé, realmente no lo se.

—Novio. Soy su novio.

Why Me? →Brandon Flynn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora