4. Mi historia

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Conocí la palabra bullying hace apenas unos años en un anuncio publicitario. Sí, bullying, el término en inglés de la palabra acosar, es un problema que de una forma u otra corroe nuestra sociedad y puede traer problemas inclusive mayores si lo seguimos viendo esto "de la vista gorda". 

En mis clases de "Vida en comunidad," aprendí que una sociedad se fundamenta en las costumbres, somos lo que somos porque es lo que nuestra sociedad nos ha impuesto, que llevamos las costumbres de nuestros antepasados porque es lo que hemos aprendido y las llevaremos arraigadas para siempre en nuestro ser. Sin embargo, hay ciertas conductas que aprendemos en nuestro entorno mientras vamos creciendo y hay personas que piensan que abusar de otros es algo normal porque es lo que han aprendido en su hogar. 

Hagamos un ejercicio, imagina aquel chico acosador que se cree el terror de la escuela y hace de las suyas a sus compañeros, sigámoslo hasta su casa: posiblemente su padre es un alcohólico que abusa física y verbalmente a su madre, generalmente este tipo de personas abusa también de sus hijos (y puede que también haya sido una conducta aprendida, habiendo generaciones con este tipo de problema). Imagina al chico aprendiendo a ser a ser abusador desde los primeros años de su vida, cuando sin lugar a dudas debería aprender cosas tan valiosas como el amor, el respeto y la consideración hacia sus semejantes.Al imaginar esto tal vez vemos de un modo distinto al abusador, quizá de alguna forma comprendemos la situación y puede que lleguemos a justificar una mala conducta de aquel pequeño que no tiene la culpa de lo que está haciendo, pero nunca deberíamos excusar tal comportamiento y aunque pienso que es un tema que deben tratar padres y escuelas en la vida cotidiana, desde donde estamos también podemos hacer la diferencia. 

Te contaré un poco sobre mí. Sufrí bullying por chicos de tres y hasta cuatro años mayores que yo, porque me gustaba leer y antes de salir en receso a correr o hablar con las demás chicas me quedaba leyendo en el aula. Recuerdo la forma como me hicieron llorar un día justo frente a la maestra y ella no hizo nada, recuerdo cuando me encerraron en el baño de la escuela justo cuando todos salían de clases, cuando buscaban insectos y los ponían sobre mi ropa para ver como me horrorizaba y reírse de mí, recuerdo sobrenombres como momia porque era una chica tranquila, recuerdo como me alejé de todo el mundo y solo salía a clases a sufrir los mismos maltratos del día a día, como dejé de cuidarme a mí misma y me sentía como una persona fea, quien solo merecía estar sola. Cuando llegué a secundaria las cosas habían cambiado completamente, pero siempre quedará esa huella (sí, siempre quedan huellas y cicatrices). 

Hoy en día soy una persona introvertida, tal vez de todas formas iba a ser así, o tal vez pude haber sido una persona diferente.Vuelvo y lo repito, desde algún punto de vista se puede comprender porqué un abusador actúa como lo hace, pero nunca debemos justificar esa conducta. 

Desde pequeños aprendemos que hay cosas buenas y cosas malas, que debemos respetar a nuestros semejantes, que debemos aceptarlos tal y como son, que debemos dejar a un lado las conductas agresivas, las palabras ofensivas, que debemos dejar que nuestro corazón cumpla su función que es amar, nosotros tenemos una capacidad enorme de amarnos así como la necesidad de ser amados y a perdonar, como he perdonado a todos aquellos que me hicieron daño. 

¿Has escuchado alguna vez el efecto boomerang? Es la ley de causa y efecto, nos enseña que no hay efecto sin causa (como el porqué un acosador se forma) y no hay una causa sin un efecto, esto me hace recordar aquel poema que dice: 

"Quien humilla o desprecia a una persona tarde o temprano recibirá las mismas humillaciones y desprecios multiplicados al cuadrado." 

Y aquel viejo poeta que dijo "El golpe daña más a quien lo da, que a quien lo recibe". 

Acompáñanos a luchar por esta noble causa.  

@bileysireyes

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