14. Mi historia

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Hablar del bullying unos diez años atrás podía suponer un asunto muy delicado y casi prohibido de hablar entre las familias y el vecindario. En mis tiempos todo se resolvía entre los mismos del grupito de amigos/enemigos.

Como he mencionado en mi blog y entre conversaciones: sufrí bullying en mi adolescencia, tanto físico como emocional. Debo comenzar diciendo que me afectó directamente por los complejos que tuve desde niña, complejos como muchas chicas han tenido y que la mayoría son producto de la propia sociedad y estereotipos: que si estás muy flaca, que si eres fea, narizona, piernas de garza, cabello seco, cejas anchas, panza rellenita, entre tantos más.

Aproximadamente, el bullying comenzó cerca de mis 8 ó 9 años, en especial donde este acto es más intenso: la escuela. Pero no me voy a enrollar contándoles los sucesos, o toda la retahíla de palabras que me decían. Les hablaré de un caso en particular y del que recuerdo muy bien:

Tenía 11 años, mi madre me puso en un campamento de verano de lo más chulo, una estadía de una semana. Ahí fue que empezó todo. Sucedió en un partido de Volleyball, yo estaba sentada en una silla de plástico, en una esquina de la cancha, hablando con otra chica. Veíamos el juego, cuando, de repente, la pelota salió disparada y le cayó en la cabeza a una chica que estaba cercana a nosotras. Fue un completo malentendido, mi amiga y yo nos reíamos por algo que platicábamos, una conversación sobre chicos, y fue en ese momento cuando nos percatamos del accidente. La chica que recibió el pelotazo, a quien llamaremos Carol (para proteger su nombre real) nos vio reír y seguro pensó que nos reímos de ella.

Desde ese entonces su acoso hacia mí fue incansable. Para colmo de males, ambas estudiamos en la misma escuela. Allí los insultos eran la orden del dia, me decía palabras horribles, se burlaba, varias veces me ponía el pie para que me cayera, chismeaba con su grupito de amigas para decir cosas falsas de mí. Carol era una de esas chicas que creían merecer todo, era rubia, de piel blanca y ojos verdes. Obviamente, debido a su belleza, ella podía levantar la cabeza y decir "puedo estar con el chico que quiera", pero si había uno interesado en mí ella hacía todo lo posible para captar la atención del chico y, finalmente, burlarse. Varias veces llegó al ataque físico e incluso disfrutaba decir que mi madre era de vida fácil (pueden imaginar a lo que me refiero). Sufrí mucho en silencio, llegué a sentirme fea, un cero a la izquierda, alguien sin habilidades. Carol, al ser la nieta de un hombre "importante" y reconocido, siempre se salía con la suya y nunca, nunca la vi suspendida de clases, nunca se hizo rumor de llevar varias advertencias. Lo curioso del caso es que ella y su familia era religiosa, creyentes fieles de Dios, y a los 11 años aprendí que, aun quienes dicen creer y amar a Dios pueden jugar en contra, siendo hipócritas y falsos como el que no cree. 

No puedo decir que la vida me hizo justicia, porque lo que le sucedió a ella fue terrible y es algo que siempre me ha llenado de mucha pena. Años más tarde, cuando ya era una adulta, Carol terminó con tres hijos y una vida no tan productiva y sana. Luego llegó lo peor: ella mató a sus hijos, alegando que una voz se lo ordenó, que era el diablo. Intentó pasarse por loca, pero... terminó en la cárcel.

Todo esto se supo porque corrió en todos los noticieros televisivos, radio y periódicos locales. Cuando me enteré quedé en shock, al igual que muchos de mis antiguos compañeros de clase. "¿Que Carol hizo qué? ¿Que hizo qué cosa? No lo creo, no puede ser", eran los comentarios de sorpresa. Hoy por hoy ella está recluida. No sé si antes o después de mí ella fue así con otras chicas, pero ciertamente el bullying hace daño, y mucho. Sin embargo, aprendí que el daño peor no lo lleva la persona afectada, sino aquella que ejerce el bullying, porque las heridas sanan, pero las actitudes, la personalidad, eso no, eso es algo que los demás recordaran de ti si no se tienen las agallas de ser una mejor persona, porque algo también es muy cierto: muchos de los que hacen bullying es por falta de atención en el hogar, personas que no les han demostrado amor, comprensión y es algo que callan y temen hablar de eso.

Este ha sido un suceso muy, pero muy lamentable, mientras escribo esto pienso en ella y me pregunto porqué cayo ahí, cómo es que llegó a ese estado. Por supuesto, como adolescentes al fin, es fácil caer en peleas y discusiones, pero cuando llegas a la etapa adulta y miras hacia atrás te das cuenta que muchas cosas las hiciste mal, o muchas cosas las pudiste haber hecho mejor, como adulto lo superas, maduras y continuas tu vida. Hoy siento que es un capítulo pasado de mi vida que superé, reconozco mis fortalezas, mis habilidades, el potencial y el coraje para hacer grandes cosas porque soy importante.

Por tanto recuerda siempre:

No importa la forma de tu cuerpo o el tono de tu voz, no importa si te gusta estar en una fiesta con 100 personas o si disfrutas de la soledad, eres IMPORTANTE. No importa si tienes muchos o pocos amigos, si tienes solo un par de zapatos o cientos de ellos, eres IMPORTANTE. Hay algo que debes hacer y por eso se te ha dado vida, solo debes respirar, mirar hacia adelante, ver que la vida es una aventura y hay mucho por descubrir como para quedarse triste y en el suelo. Si alguien te lastima, hablalo. Si alguien te hace mal, dilo. Nunca te quedes callado/a.

AuraLuna

Wattpad en contra del bullyingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora