Después de muchas semanas esperando... llego el día, llego el día en el que nos mudamos mi familia y yo. Era un día muy bonito, bastante soleado pero con una suave brisa que te hacia no morirte de calor. Me sentía triste, iba a dejar mi colegio y a mis amigas, iba a cambiar todo. Ya ni siquiera sabría ir a comprar el pan. Pero algo en mi me hacia sentir alegre. Iba a conocer mundo, a ver cosas nuevas, a salir de la rutina que es algo que odio. Y con suerte hacer mas amigas. Aun que eso me preocupaba bastante ya que como os he dicho me cuesta acercarme a la gente, y no suelo caer bien a cualquiera. Pero bueno, no había mas remedio así que prefería ver el lado bueno.
Preparé mis cosas, me lleve algunos recuerdos y partimos en un viaje de 6 horas en el que disfruté mucho pensando, e imaginando como seria aquello. Y por fin, llegamos. Era una casita muy acogedora, de dos plantas y se situaba en un barrio muy agradable, aun que en ese momento me podían mas los sentimientos tristes, y la nostalgia.
Entre y directamente fui a elegir dormitorio, escogí uno con una bonita ventana, en la que poder apoyarse para pensar, que como ya sabes me gusta tanto. Coloqué mis enseres y me tumbé en la cama. intentando asimilar los cambios, pero algo fallaba. Ya no sentía esa felicidad del principio, algo me decía que ese cambio no era bueno. Y me veía sola.
Decidí salir de aquel estado de animo tan negativo y explorar un poco mi nueva ciudad. Cogí una mochila, agua , un par de provisiones y un libro por si encontraba un parque agradable sentarme un rato a leer, que era algo que disfrutaba mucho. Y obviamente mis indispensables auriculares y mi ipod que no me dejaban ni un minuto sola.
Salí de mi casa, y comencé a explorar la zona, intentando quedarme con los nombres de las calles. Habían nombres muy raros y graciosos como "calle abrazamozas" o calle "super mario bross" que en aquel momento fue la única que se me quedo grabada en la mente, ya que era muy fan de videojuegos.
Entonces, con mi música a toda leche, empecé a caminar sin rumbo. Imaginándome en un videoclip musical y motivada hasta las trancas, siendo feliz, explotando el momento. Cuando, de repente. Empiezo a ser consciente de que era tarde debido a la oscuridad del día. Y me doy cuenta que no tengo ni idea de donde estoy, mi batería estaba apunto de morir con lo cual no podría llamar a mis padres, después de horas angustiada intentando orientarme, recordé aquel particular nombre "calle super marios bross" y comencé a preguntar a la gente si podían indicarme donde estaba, pero nadie se dignó a ayudarme. Desesperada me senté en un banco, intentando buscar alguna solución y entonces paso un chaval en penny, bastante agradable a la vista, y se sentó en mi mismo banco. Me puse muy nerviosa, quería conocerle pero jamas me atrevería a hablarle. cuando recordé que esa podría ser mi única oportunidad de volver a casa me lancé sin pensarlo.
-Perdona, estoy bastante perdida. me acabo de mudar y no se donde estoy, podrías ayudarme?
+ Claro, como te llamas? .-Y me sonrió, con una mirada tan cálida que mi corazón empezó a arder, tenia los ojos verdes. Y una penetrante mirada que me hacia ponerme muy nerviosa-.
- Arlet .- le dije con la cara roja de verguenza-. y tu?
+ Jacky, encantado .- mi corazón se salia de sus órbitas, odiaba ese inevitable sentimiento-.
en que te puedo ayudar Arlet?
- Pues.. estoy buscando la calle "mario bross" me acabo de mudar muy cerca de ahí y ese es del único nombre que recuerdo de mi zona .- Jacky se rió, y me dedico su mas dulce mirada-.
+ Vaya! pues vives muy cerca mía, te acompañaré sin problema.
Y con un gesto me dijo que le siguiese. Por el camino continuamos hablando, le dije mi edad ( 14 años) y sacamos temas de conversación bastante interesantes, resulta que a el también le gustaban mucho los video juegos y poco a poco fuimos conociendonos. Algo que en estos momentos sigo lamentando.
Al llegar a mi casa, ambos descubrimos que eramos vecinos, y fue una agradable sorpresa. Mi estado de animo cambió por completo me encantaba ese chico. Se abrío una nueva puerta de esperanza hacia la felicidad en aquel nuevo lugar. Nos despedimos y muy feliz, entre a mi casa. Subí las escaleras eufórica y me tire en la cama. Solo podía pensar en él, en todo lo que habiía sucedido. Imaginaba historias con el, siendo amigos. El enseñandome la ciudad y siendo mi guía. En ese momento, para mi, todo era perfecto. Nunca un chico había sido tan amable y agradable conmigo. Solo quería verle de nuevo.
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Lo que nunca nadie supo
RandomOs vengo a contar una historia de la que he sido testigo, y aun que no este muy orgullosa de ello, creo que sería una lectura bastante interesante. Quizá saques enseñanzas de esta historia, o quizás solo te haga sentir emociones bastante inexplicab...