Capítulo 9

123 17 18
                                    

Todo sucede tan rápido que ni siquiera nos da tiempo de pensar, ni siquiera actuar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Todo sucede tan rápido que ni siquiera nos da tiempo de pensar, ni siquiera actuar. Absolutamente todo puede suceder en un chasquido de dedos y no se puede prevenir el hecho. Y ahora Melek se encuentra en el suelo con Will en sus piernas, las lágrimas no dejan de rodar en ningún momento, solo siente desesperación y temor porque le pase algo a su príncipe.

*Flashback*

Sale con tantos sentimientos encontrados, guardados durante muchísimo tiempo, esa parte sensible la cual nunca había permitido que llegarán o tocarán, pero ahí está, su mente hecho un lío, tantos sentimientos revueltos, las ideas sin poder aclararlas, se siente bajo la muerte o la vida. Siente decepción, odio, venganza, lástima, aprecio pero todas al mismo tiempo, no lo dejan pensar y lo único que se le ocurre realizar, es hacer de su maravilloso e intocable pasatiempo, el cual tampoco quiere dejar por nadie, es lo único que lo hace sentir vivo, en medio del gran vacío que experimenta en su vida.

Acelera el automóvil hacia ese lugar esperado, solo desea descargar la desesperación y el dolor que lo carcome por dentro. Cuando estaciona el auto, saluda a su mecánico y amigo, lo dirige hacia donde tiene su juguete guardado.

—¿Lista para estrenarla? —le pregunta mirando la moto con admiración. Ha adquirido una nueva, de último modelo, cada cierto tiempo lo hace.

—Listísima, Will —Le sonríe y le pasa el casco, este lo toma y se lo coloca.

Se monta en ella, la enciende y sale veloz por la autopista en la que muchas veces ha participado en carreras ilegales. Donde ha dejado todo su ser, donde hace lo que ama.

En medio de su andanza, analiza la situación. Esta vez su padre tiene la razón, el padre de Melek no pensó en que había un niño en medio de todo esto, y por qué ahora debería de importarle su hija, lo dañó como nunca en la puta vida lo habían hecho, quitarle a su madre, es quitarle casi su vida entera, tiene que honrar la memoria de su madre. Y tampoco permitirá que Melek sea una amenaza contra sus pertenencias, no siente absolutamente nada por ella, más que un aprecio pero que se meta con sus cosas, el aprecio se podría olvidar en unos segundos.

☪️☪️☪️☪️☪️

Melek se encuentra en su oficina ocupada con los últimos reportes que los administradores le han entregado. Dos golpes suenan en su puerta, sacándola de su concentración, su mirada se alza inconscientemente al escuchar el sonido.

—¡Adelante! —vocifera para que la escuchen al otro lado.

La puerta se abre y se deja ver la persona que entra, su secretaría entra con un gran ramo de rosas que casi ni se le nota el rostro.

—Señorita Bathich. Alguien le ha enviado esto. ¿Dónde lo coloco? —consulta.

Se levanta y con su dedo señala una mesita que se encuentra en la pequeña sala de estar de la oficina.

Tu mejor fragancia. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora