Capítulo 2

2K 158 21
                                    

#MíaDeNadieMás.

Victoria tuvo que agarrarse de las paredes para no caer.

Su sospecha resultó ser cierta. De verdad que suponerlo y confirmarlo, no tenían punto de comparación.

De frente a ellos pudo verlos directo a los ojos. Con una de sus cejas alzada y la más fría mirada se presentó ante una de sus nuevas modelos y su esposo.

Que descaro.

V: buenas (dijo firme)

O: mi vida (dijo en un hilo de voz)

L: señora Sandoval (mencionó bastante sorprendida)

V: no querida, mi nombre no volverá a emparejar con ese apellido, eso dalo por hecho (sentenció firme)

Ante la situación Osvaldo se apresuró a intervenir.

O: amor, esto no es lo que piensas

V: y según tú, ¿Qué es lo que pienso?

Ni corta ni perezosa Linda Sortini aprovecho el momento, era ahora o nunca.

L: debemos ser sincero con ella, Osvaldo

V: opino lo mismo, aunque ya no lo creo necesario, con lo que escuché es más que suficiente

O: Victoria, escúchame por favor (suplicó nervioso)

Osvaldo dio unos pasos al frente tratando de acercarse pero ella levanto la palma de su mano frenando sus intenciones.

V: no tengo tiempo, señor Sandoval, y lamento informarle que para lo que sea que usted considere que debo saber saque una cita con mi asistente

Con la frente en alto Victoria dio media vuelta y retomó su andar.

L: te crees mucho, Victoria (dijo irritada)

Victoria estaba que echaba fuego y con ese comentario soltó solo un poco de todo lo que suplicaba por salir.

V: no, Linda. No necesito creerme nada (dijo frívola)

Dicho esto se fue dejando temor a sus espaldas.

Entró al ascensor y subió hasta el piso de su cita, se mostró indiferente en el resto del camino pero en cuanto ingresó al consultorio soltó todo aquello que la estaba quemando.

Un carraspeo dentro del lugar la hizo notar la presencia de alguien más en ese consultorio, por lo que alzó la mirada y se topó con aquellos hechizantes ojos.

H: lo siento (dijo apenado)

V: no, soy yo la que lo siente. Entré sin tocar, es que aquí vería a mi doctor (se apresuró a explicar mientras limpiaba su rostro)

H: siendo así, creo ser yo su doctor

Aclaró mientras le brindaba una cálida sonrisa que logro calmar un poco el torbellino que traía ella.

V: pues, un gusto entonces (tendiendo su mano sin dejar de mirarle)

H: igual, mi nombre es Heriberto Ríos Bernal y ¿Usted, hermosa dama? (sosteniendo aún una de sus manos entre las suyas)

V: Victoria San... Gutiérrez (carraspeó y sonrió)

H: un nombre muy apropiado (dijo serio)

V: ¿Apropiado? (Cuestionó confusa)

H: claro, no esperaba menos para semejante dama

Victoria sintió como sus mejillas empezaban a arder por lo que retiró cuidadosamente su mano y sonrió.

El ambiente había cambiado totalmente pero él no iba a permitir que se tensara.

H: por otro lado, disculpe por mi curiosidad, quizás hasta fuera de lugar pero me podría decir ¿A quién le tengo que partir la madre por hacerla llorar?

Victoria un poco apenada le contesto.

V: que cosas dice, solo fue un mal momento, solo eso

H: ¿Segura?

V: totalmente (afirmó con seguridad)

Un fuerte instinto de Heriberto lo empujó a tratar de acercarse más.

V: podemos comenzar con la consulta (se alejó nerviosa)

H: claro

Casi una hora de consulta después, donde aparte de las preguntas de rutina se filtraron una que otra personal, Victoria decidió darla por terminada.

V: bueno, Heriberto, creo que ya es hora de irme

H: nos vemos entonces, Victoria (dijo embobado)

V: llámame y acordamos para tomar un café (le recordó)

H: así será

Como despedida de acercaron para darse un beso en la mejilla pero por error de ambos terminaron boca a boca.

Xx: ¡Heriberto! ¡¿Qué es esto?!

Mía de nadie más - V&HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora