II : Mala suerte.

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Con la nueva mañana ya predominando en el cielo, el sonido producido por una ducha abierta fue lo que se escuchó durante un largo rato en el que cierta persona aprovechaba no haber dormido en toda la noche para hacer lo necesario antes de ir a clases y, tal vez por primera vez en mucho tiempo, no llegar tarde.
Por otro lado, en la habitación del mismo personaje, un chico se encontraba tumbado en la cama con los ojos cerrados y la respiración agitada. Quedó en silencio por unos momentos y, luego, ese mismo silencio fue roto al dejar escapar unas cuantas risas que no serían oídas mas que por él y quien ahora se encontraba dándose un buen baño con agua tibia por lo que sería incapaz de escucharle.

Sus ojos observaron fijamente el techo, sin darse cuenta de que en su propio rostro se encontraba una sonrisa bastante pequeña adornándolo. Ah, bien que no le gustaría admitirlo en voz alta, pero despertar a Jonathan fue una de las mejores cosas que pudo haber hecho en ambas vidas.
Sin embargo, al decirlo no se refería al hecho de que gracias a eso pudo escuchar su fantástico cuento para niños; claro que no. Era mas bien porque en ese tiempo no hizo otra cosa que no fuese definir todo su rostro, observar detenidamente los tonos azules de sus ojos o ver la forma en que algunos de sus mechones saltaban de su lugar por los movimientos tan bruscos que hacía al querer expresarse. Aquello le recordó a un momento en que John estuvo a nada de caerse de la cama, y efectivamente lo hizo, no obstante todo terminó entre risas por ambas partes aunque en un principio fuese el demonio quien rió primero y por eso se ganó un gesto enojado por parte del rubio, agradecía a Mephistopheles que sólo lo hizo para asustarlo.

Mas, sus risas no eran porque el adolescente nunca lo descubrió debido a que asentía cuando debía, se inclinaba hacia adelante cuando lo creía necesario y actuaba con sorpresa cuando llegaba un encuentro "inesperado"... Bueno, tal vez era en parte por eso. Pero también se debía a que fue estúpido de su parte haberlo hecho sin darse cuenta, mirar a ese chico como si fuese la cosa más maravillosa que podría llegar a encontrar alguna vez en lo que le quedaba de existencia....
Patético, sencillamente patético

Nada que no fuera eso.

━ Él es sólo parte de mi trabajo. ━ Se convenció el demonio, llevando su diestra a su cara consiguiendo cubrir su ojo derecho.
Tomó un largo respiro, soltó el aire a los pocos segundos. Estaba dispuesto a creer sus palabras incluso si había una pequeña sensación en su pecho que no quería admitirlo, no iba en todo caso. Siquiera si le costaba todo, porque no había que ser alguien de mucha inteligencia para saber que Mephistopheles no estaría muy feliz de saber que se enamoró del humano que se supone debe orillar al suicidio. ━ Si es que lo estuviera, en primer lugar. ━ Declaró como si alguien más lo estuviese escuchando, aunque sólo fuese él peleando consigo mismo.
Se sentó en los pies de la cama, restregó sus dos ojos con la única mano que tenía en la cara y se enderezó para poner ambos pies en el suelo.

Salió de la habitación, caminó por el pasillo y a pocos pasos de la puerta del baño se detuvo, observándola fijamente. Sonrió para sus adentros y siguió de largo, negando suavemente con la cabeza...
Luego volvió para traspasar la puerta y bajar la llave del inodoro.
Las quejas y maldiciones en voz alta de Jonathan casi hacían que se tropezara con sus propios pies mientras corría fuera del baño, uno no le haría esa clase de cosas a la persona que le gusta, ¿Cierto? Cubrió su boca para disimular las risas mientras bajaba al primer piso, posteriormente salió a la calle, todo sin traspasar nada ya que la expresión de la madre de John al ver la puerta abrirse y cerrarse sola fue increíble.

Avanzó hasta quedar en la parada donde siempre esperaba el autobús junto al rubio oxigenado, colocó sus manos detrás de su espalda y comenzó a observar su alrededor. Gente corriendo por llegar tarde a quién sabe donde; algunas otras personas platicando en medio de la acera; gente que veía con una mirada asesina a quien tenían en frente por caminar tan lento, una mañana normal como todas las otras.
O lo era hasta que una paloma cruzó su campo de visión, parándose en un árbol que no estaba para nada lejos. La miró de reojo con tentación, luego volvió a mirar al frente tiritando. Parecía que esa ave lo llamaba, exigiéndole que la matara. Pero la última vez que apuñaló a una ardilla Jonathan le gritó durante casi cuatro horas, no podía volver a hacer- No, claro que podía, ese chico no era su jefe. Caminó hacia la paloma mientras metía sus manos en los bolsillos de su suéter, se quedó quieto cuando esta se giró a verlo, o a algo que estuviese detrás suyo. Se quitó su gorro, lo extendió luego de hacer una reverencia en forma de burla y volvió a colocárselo. Dio un paso hacia delante, la paloma retrocedió, repitió esa misma acción hasta que estuvo cerca y cuando el ave estuvo a nada de volar lo atrapó entre sus manos viendo como se retorcía entre sus manos para que la soltase. Antes de hacer nada miró a cada lado, varias personas miraban expectantes al ave sin saber qué le sucedía. Su sonrisa se extendió, sus ojos se entrecerraron y luego reforzó el agarre con una mano para sacar el cuchillo de su bolsillo con la otra; entonces comenzó a apuñalar al animal una y otra vez sin hacer tanto énfasis en la profundidad, tenía una razón divertida para ello. 

Muy divertida.

Salió de la ducha, mordiendo su labio inferior al mismo tiempo en que fruncía el entrecejo tanto como le era posible. La piel le seguía doliendo de tanta agua caliente que le cayó encima, de suerte era mínimo comparado a cómo le ardió en los primeros momentos. Se sujetó una toalla a la cintura luego de secarse los pies, entonces abrió la puerta del baño para ir directo a su habitación y cerrar la puerta. Buscó la ropa que normalmente se ponía para salir al instituto sin embargo antes de llegar a ponerse la camisa, tuvo esa necesidad por girar a ver la ventana. Haciendo caso a sus instintos, dio unos cuantos pasos hasta apoyar ambas manos en el cristal, acercó su cara y lo único que logró ver fue una gran cantidad de gente asustada que corría en diferentes direcciones. Alzó una ceja, confundido, pero por su cabeza no paso ninguna otra explicación que la de que andaban retardados.
Volvió a su objetivo anterior que era vestirse.
Cuando bajó hasta la cocina, vio a su madre terminando de prepararle un sándwich. Esperó pacientemente a que acabase con lo que estaba haciendo, después de todo no era tan tarde como las veces anteriores. Al tenerlo en sus manos le agradeció y se despidió de ella con un beso en la mejilla, no sin antes recibir una pregunta un tanto extraña de su parte y una más normal de su persona.

━ Cariño. ━ Llamó la señora Combs. ━ ¿Ayer cerramos bien la puerta, cierto? ━ El rubio asintió.

━ ¿Por qué lo dices? ━ Cuestionó el adolescente extrañado.

━ No, por nada. Olvídalo. ━ Antes de que se girara y de que John saliera totalmente de casa, se giro a hacerle la pregunta que siempre le hacía.

━ ¿Hoy volverán a casa antes de la cena? ━ La mujer negó. Jonathan suspiró resignado y se fue a la parada.

Dio una mordida a su sándwich mientras miraba al suelo. Ya era una costumbre que casi nunca los viera, algunas veces incluso ni estaban en casa cuando él despertaba. Pero seguía siendo incómodo tener que estar "solo" gran parte del tiempo y que, cuando no lo estaba, lo único que escuchara era las voces de sus progenitores discutiendo por estupideces. Bufó dando otra mordida, alzó la vista para ver cuán cerca estaba de la parada pero su visión fue obstaculizada por una sombra de azul oscuro que chorreaba alguna especie de líquido color rubí.

━ ... ━ Dio un salto hacia atrás, gritando por la sorpresa. ━ ¿¡Pero que mierda?! ━ Llevó una mano a su pecho, regulando su respiración. Fue entonces que vio la expresión juguetona de ese maldito demonio que estaba a punto de estallar de la risa. ━ ¡Tú- ¡¿Qué sucede contigo?! ━ El demonio se alzó de hombros, dando la vuelta para volver a la parada.
El adolescente chasqueó la lengua y acercó el sándwich a su boca sin fijarse, claro que antes de morderlo vio un destello rojo que caía hacia el suelo desde el borde del pan. Miró con tristeza su comida y tiró su desayuno en un bote de basura, ahora aprendía que el costo de llegar temprano era quedarse sin comer.
Prefería seguir llegando tarde.

━ Vas tarde. ━ Canturreó el irritante chico de cabello castaño.

━ ¿A qué te refieres? Me levanté a casi una hora de haberme acostado, no es posible que llegue tarde. ━ El demonio señaló el camino por el que solía venir el bus. Cuando vio en esa dirección estuvo a nada de querer matarse, el tráfico estaba hecho un lío, los autos casi ni se movían. Juraba que no había espacio siquiera para que las personas en motocicletas pasasen, y eso que siempre encontraban un camino por donde ir. Pero lo peor de todo era esa sonrisa en el rostro de la maldición que tenía como compañero, ese inútil lo disfrutaba.
Terminaría trabajando en McDonalds si seguía teniendo tanta mala suerte en todo.

Si hay algún error ortográfico, pueden decirme y lo corregiré de inmediato.
Sus votos y comentarios me harían saber que les gustó el episodio
★Nos vemos a la próxima★

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⏰ Última actualización: May 07, 2017 ⏰

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Una historia para cada noche『 Sockathan 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora