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Dicen que del odio al amor sólo hay un paso.

Pero creó que entre Chan y Subin hay más de uno. Y no lo digo sólo yo, hay tantos testigos del odio que se tienen, que no es difícil adivinar que terminaran enamorados.

Predecible, ¿no?
Es por eso que Ara ha estado creando un plan para que ambos puedan ser felices y dejen de ser tan ariscos entre ellos. No le importa si son primos. Ella sólo desea que ambos estén juntos, porque harían una linda pareja.

Que mala idea se le ocurrió realmente.

—Los vamos a enviar a estudiar a Seúl, sin pretextos ni peros, ambos van a vivir juntos—había especificado Ara, molesta por la pequeña pelea que tuvieron los menores en la mañana.—Ya rentamos el lugar donde se van a quedar, nada de mujeres, ni salir a fiestas o andar haciendo las cosas mal, porque los envió al ejército.

Subin bufó, levantándose del sofá para ir a encerrarse en su habitación.

—Se van mañana a las 10, así que vete a dormir.

Chan estaba aún más molesto, había quedado con su novia que ese fin de semana se iban a ir a Jeju a festejar sus tres meses de novios, pero no, ahora tendría que irse a Seúl, con su primo —y si pensaba que nada podía ser peor—, vivir con él y sin poder meter mujeres al departamento.

SuBin por su parte, no sabría que hacer, aún era menor, se perdía con facilidad y era muy tímido como para relacionarse con gente extraña y de una zona diferente. Iba a ser realmente duro para él.

—¿Porqué sólo me pasan las cosas malas a mí?—dijo un poco enojado.

No es la primera vez que debía hacer caso a su madre, pero ahora que se iría a Seúl, apenas cumpliera su mayoría de edad, se largaría de ese infierno que estaba a punto de vivir junto a Chan.

—Ni loco vuelvo a esta casa...

*

*

*

—Yo dormiré en esta habitación—dijo Chan, paseándose dentro y dejando una de sus maletas en una cama—. No hay espacio para los dos.

—Hay dos camas—dijo Subin molesto—, hazte a un lado.

El mayor rodó los ojos y empujo a Subin fuera de la habitación.

—¿Acaso no escuchaste pulga? Yo dormiré en está habitación.

—¿Y dónde mierda se supone que dormiré yo?—le preguntó Subin, a punto de explotar.

—Existe el sofá, si no te gusta, ahí está el baño...

Chan le cerró la puerta en la cara, dejando a su primo realmente molesto, ¿Dónde pondría sus pertenencias? ¿Porqué tenía que dormir en el sofá? Estaba tan molesto con el mayor, él no podía decidir las cosas así porqué sí, pero no podía reclamar nada.

Camino arrastrando sus dos maletas hasta la sala. Estaba cansado, ya que apenas habían bajado del avión, Chan lo abandono, estuvo a punto de llorar si no fuera por una vendedora que le ayudo a encontrar el sitio de taxis, otro problema ya que no sabía su dirección, se vio obligado a marcarles a su tía, recibiendo  un regaño y tuvo que esperar al mayor alrededor de media hora.

Todo estaba saliendo mal.

—Por cierto enano, tengo hambre, haz algo de comer.

—Tienes manos y piernas, ¿es que acaso tu retraso no te deja?—le contesto el menor, sin voltear a verlo, gran error, ya que Chan aprovecho para acorralarlo contra la pared, estampando su mejilla en está.—Ch-an...

Subin estaba temblando. Chan nunca había sido agresivo con él, incluso si se quedaban solos en casa, sólo se gritaban, pero está vez estaba siendo completamente distinto.

—Mira pulga, más te vale que me hagas caso o realmente terminaras en el hospital.

Subin se deslizo hasta topar con el piso, encogiéndose mientras Chan le gritaba otras cosas que tenía que hacer.

Chan es una persona distinta a lo que conocía. 


Pick Me ✎ChanBinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora