Capítulo 2

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—B-Buenos días —saludé a la profesora que miraba atenta cada paso que me adentraba a los murmullos de mis compañeros. Le entregué mi trabajo dentro de un folder amarillo y me fui al primer asiento vacío que vi.

El ambiente era insoportable, sabía que la atención estaba sobre mí. En el aire se transmitían las miradas anhelantes de que cometiera un insignificante error, de que mi presencia se notara más. Ellos seguro pensaban lo peor de mí:

Raro. Seguro por ello pareces una chica. Afeminado. ¿Y así te haces llamar hombre? Deberíamos deshacernos de ti. Descarado, ¿cómo te atreves a venir siquiera?

Me sentía mareado. Quería irme corriendo de nuevo. Quería salir huyendo. Quería escapar de esto que sentía, la opresión y temor que me causaban todos.

—Bien, pueden irse. No olviden que deben prepararse para la prueba de conocimientos que aplicaré el Miércoles. Que pasen buen día —Se fue con los trabajos en su maletín negro y yo imploraba que se quedara más tiempo, no iba a poder soportar que mis compañeros me molestaran.

—¿Y como te diste cuenta, Tris? —llegó la primer pregunta de la chica que estaba sentada junto a mí. Otra más de adelante se acercó y unos cuantos de atrás.

—Miren, yo no. . .

—¿Estás con alguien? —Preguntó alguna chica a mi espalda, fue de las pocas preguntas que logré escuchar claramente. Quizás no parecían querer molestarme pero no podía evitar sentirme perturbado al pensar que ellos sólo ocultaban su desagrado.

—Trato de decir que. . .

—Cierto, tú ya tienes pareja —El silencio se hizo ante una chica de mi estatura con cabello rubio hasta la cadera. Mi mundo se acabó ahí, no lo podía creer, que hasta eso haya llegado a crear el rumor.

—¿Qué quieres decir? —Me levanté apresuradamente y agachó la cabeza pensando.

—Yo. . . Uhm. . . lo escuché. En el baile, tú faltaste y también tu. . . pareja

—¿De quién hablas? —comencé a alzar la voz inconscientemente y ella retrocedió.

—Oye —Una chica más alta que ambos, de cabello café oscuro se interpuso como queriendo proteger a la que estaba tras de ella —, nosotras no sabemos mucho. Sólo escuchamos a dos chicas hablando de ti y de un chico de último año que faltaron el mismo tiempo. Otras personas habrán corrido el rumor, nosotras no hemos participado en ello.

Su mirada fría indicaba que no era un buen día para ella, por lo que decidí creerle y no insistirle ni a su amiga.

—Ah, es cierto. El otro chico debe estar en este edificio hoy por lo que escuché. . . —Volvió a hablar la rubia —Tal vez puedas hablar con él —Se le notaba un poco nerviosa pero no creo que me fuera a decir porqué; igual con ello salí del salón. No quería seguir siendo el centro de atención y no me podía permitir que el rumor se hiciera más fuerte. Caminé por los pasillos y no veía a nadie por ahí y tampoco al chico. Pero de pronto me detuve a pensar: «¿Cómo voy a encontrar a alguien que no conozco?» recargue mi frente en la pared y me di un golpe con ésta. «Soy un idiota» Iba a seguir lamentandome pero de un momento a otro me separé de la pared, o más bien alguien me separó de ella y lo hizo jalando el cuello de mi suéter. Me llevó a rastras a un salón vacío y cuando entramos en él, tosí y acaricié mi cuello mientras esa persona cerraba la puerta detrás de mí. «¿Quién diablos fue poseído por el alma ahorcadora de mi hermana?» Me di la vuelta y vi una imagen inolvidable de un pelinegro alto, dejando su mochila de dos asas en el suelo mientras la luz matutina iluminaba el blanco salón y lo hacía resaltar. Vestía de forma atractiva, con pantalones oscuros ajustados, una camiseta blanca y un suéter negro; usaba lentes que se acoplaban a su perfecto rostro. Al quedarme embobado con su físico, no me di cuenta de la seria y punzante forma en que me miraba.

Efímero Amor Gay Juvenil (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora